sábado, 8 de octubre de 2016

Suicidio,..

¿Por qué hablar de ello?,..
¿Por qué no?, ¿es un tema vedado, y que solo deben tratar los especialistas?

Yo,.., creo que no, ¿y porque lo creo?, porque yo tuve intentos de ello, varios, aunque no lograba reconocerlos y aceptarlos como tal, vuelvo a decir, ¿qué mejor opinión que la de un casi experto? (porque los expertos aquí no están desafortunadamente).

Hablar del suicidio no resulta nada fácil, es complicado el hacerlo, porque todas nuestras reservas mentales concurren a ello, es claramente una reacción natural de miedo del ser humano hacia la sensación de su extinción (de su vida), el instinto de vida es lo más poderoso que puede haber (es el instinto de conservación y preservación de la especie) y que “alguien” atente contra ello, se hace inconcebible, increíble, pero sucede,.., tristemente sucede Aquí no traeré cifras de ello, este no es el sentido de esta exposición, sino mas bien es una reflexión al respecto de,.., para que cada uno saque sus propias conclusiones.

Se ha planteado, ¿por qué optar por el suicidio? y se plantea que solo el dolor emocional más agudo, intenso,.., insoportable, podría provocar tal “escape o solución”, visto desde una perspectiva total y exclusivamente unipersonal, algo semejante a una “solución final” pero enfocada a un solo ser,.., un aislado ser. Yo me decía,.., “es mejor concluir, es mejor terminar,.., que nada quede de mi,.., que me borre,.., desaparezca,.., muerto el perro se acabo la rabia”, es crear una especie de pensamiento tortuoso incesante, que solo está dando vueltas en la cabeza de uno,.., se van concatenando pensamientos negativos casi todos que van reforzando la idea, luego de tanto y tanto,.., surge ya la obsesión que no puede parar,.., es como una bola de nieve, empieza de a poco y va creciendo, creciendo,.., hasta llegar al acto “dramático”. Esta quizas es la forma más común que se presenta y ciertamente es como un “performance” dramático que busca algo, ¿qué?,…, pudieran ser cantidad de cosas: llamar la atención de alguien amado (muchos de los suicidios están ligados al tema del rechazo sexual o de pareja), manipular a otra persona para exigirle atención, de darse el hecho, crear una culpa atroz hacia la persona: “por tu culpa yo me suicide” (vaya cosa), estos actos melodramáticos, según sea la fuerza del individuo y persistencia,.., pudieran escalar gradual o rápidamente o presentarse de manera errática (son impredecibles), en muchos casos ya en este punto, es cuando los psiquiatras recomiendan la medicación.

Pero el suicida, no está exento de los reclamos naturales de su consciencia, antes de efectuar el acto, hay realmente una gran lucha atroz interna, entre su obsesividad y su consciencia (pudiera ser mínima, pero si esta), aunque si estuviera muy convencido, tarde que temprano saltara la barrera del miedo para cometer el acto y que si su mente le ha fabricado bien (el acto), este derivara en el resultado esperado, su muerte. Digamos que esta forma de proceder es la más común, no obstante hay otra forma de intento suicida, que también experimente, fui atropellado en una vía publica (deseos de muerte inconscientes, con resultados imprevistos para el suicida calculador = no morir, solo chantajear), allí y en otra ocasión, me di cuenta que el suicida, realmente es una bomba de tiempo que no se sabe cómo y cuándo va a explotar, es un riesgo potencial para sí mismo y para los seres que le rodean, porque provoca o crea situaciones de peligro de manera impresionante y que los demás, ni siquiera se imaginan.

¿Cómo ayudar o coadyuvar con esta persona?

Menudo tema, porque muchas veces los seres cercanos son los “victimizadores” del suicida, el cree firmemente este punto, no le queda ninguna duda, dice constante: “nadie me quiere” (obviamente sus seres cercanos), ¿cómo ayudarle entonces?

Creo que la familia, amigos y seres cercanos que pudieran apreciarle, deberán “capacitarse” tanto como puedan, auxiliar a un enfermo de esta categoría no es nada fácil, ni sencillo, realmente puede agotar a cualquiera, por sus constantes arranques y reclamos.

La terapia es obligada para él y para aquellos que quieran soportarle en su proceso, nada fácil ni halagüeño.

Tratar con él es sumamente complejo, porque están como los gatos a 20 uñas,.., cualquier cosa la extradimensionan notablemente y las personas que lo tratan, deben ser muy cuidadosos con casi todo, sus palabras, sus gestos, actitudes,.., uff (por ello la terapia de soporte, para poder sobrellevar la carga afectiva).

De tener suerte,.., poco a poco se irá ganando terreno,.., pero es una larga lucha, nada corta, de tiempo y energía que se aplique (puede tardar machísimos años y quien sabe si al final se logre el total de la recuperación), difícil deveras no verse atrapado por esa red emotiva que el enfermo teje a su alrededor para manipular, controlar y chantajear a los demás.

Y la fe,.., ¿convertir al enfermo a ella? Puede resultar en una mala experiencia y resultado, los enfermos obsesivos con suicidio, pueden ser enfrentados terriblemente por esta estructura de la Fe y religión, pudieran rechazarlo rabiosamente y se perdería un cierto grado de empatía, porque todo lo moral le indica que esta, su obsesión, es un acto impuro y ciertamente un gran pecado (es allí la limitante de la iglesia y religión que no pueden tener nada de empatía hacia el suicida, una gran limitante en estos casos).

Bueno,.., hasta aquí,.., no quiero agotarlos más y solo indico que estos temas tratados hoy son porque considere que mis experiencias podrían bien servir de algo, a alguna persona que pudiera estar en una situación complicada,.., solo eso es,.., no busquen más razones,..

Saludos y abrazos,..


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