No cabe ninguna duda que el mundo está cambiando radicalmente y no podríamos
atribuirle a solo un factor el dicho cambio, es multifactorial, son cantidad de
variables, México inmerso en este contexto mundial no podría sustraerse, su economía
por ejemplo sufre los vaivenes de los mercados internacionales, los precios de
los metales, el dólar, el precio del petróleo, todo ello nos afecta, igual las economías
“macro”, como la China o similares, cuando ellas “sufren” deterioros, también nos
afectan, hoy más que nunca, estamos viviendo la realidad de un mundo
globalizado y es imposible el revertirlo, ha sido un proceso atribuible a la dinámica
mundial, los países proveedores de materia prima, los llamados países “emergentes”,
lo hemos sido desde hace mucho y la explotación de sus recursos por las grandes
trasnacionales no es algo nuevo, de allí se gestaron los grandes emporios económicos,
que hoy por hoy no tienen una patria determinada, ellos van donde mejor puedan
acomodarse, esta riqueza, y donde ellos puedan lograr los mejores beneficios de
su dinero e inversiones, digamos en una pragmática economía se dirá, ellos
tienen derecho (los dueños de esos capitales) a colocar su dinero donde mejor
les acomode, obvio que este dinero no podrían haberlo acumulado sino hubieran
concurrido muchos elementos, uno de ellos sustancial seria la enorme inercia de
postración de la masa sometida, por la ignorancia, falta de percepción, unidad,
conciencia política civil, etc, realmente muchos elementos se tuvieron que dar
para que esta enorme acumulación de capital, pudiera darse, en México lo
sabemos bien a bien con algunos connotados ejemplos, Slim y similares, las
familias de antaño de México, los cuales no conocen de lo que es la pobreza, ni
siquiera logran imaginársela, en la descendencia de estas familias, nunca la
han conocido.
¿Cómo México podría salir delante
de esta situación en que se encuentra?
Dar una receta médica para el enfermito (México), casi al borde del
colapso, está en chino (literal y sin ofender a los chinos por fa, es un dicho
en México, y está en razón a la escritura china, que no entendemos en absoluto
los mexicanos), hay demasiados “doctores” que han dado cantidad de recetas y
curas mágicas, sorprendentes y cada una de estas se considera la inefable solución
y a la fecha no se ve como pueda realmente salir adelante México, esta entonces
será una mínima y humilde propuesta, quizás una más de las tantas que se han
dado, a riesgo de solo gastar tiempo y letras, he aquí mi propuesta.
¿Se requiere un diagnostico o revisión
del estatus?
Si y no, si, porque si no se evalúa a detalle todo, no podría implementarse
una estrategia de largo plazo, aunque el tiempo, la premura de resultados
inmediatos, ya urge que se tomen medidas, hay varios ejes de trabajo que deben
atacarse rápidamente en México y en orden prioritario podrían ser:
1.
La corrupción.
2. La
justicia.
3. La
política.
4. La
salud
5. El
bienestar.
6. La
economía.
7.
El desarrollo.
¿Por qué este orden?
Porque son como secuenciales, sin una darse, no se dará la que sigue, es
por eso.
1. La Corrupción.
En México, yo diría que es el tema “toral”, erradicarla, o al menos
abatirla a niveles no tan nefastos, será un portento, una enorme tarea y quizás
este proceso llevara muchos años el hacerlo, o bien pudiera llegar a ser un
tema constante y recurrente que se diera, al menos para el gobierno, como algo
permanente, una política de estado.
Existe la corrupción en el gobierno en sí, pero igualmente dicha corrupción
alcanza a toda la población, se ha dicho, es la grasa de la maquinaria del
estado, sin ella colapsaría, he allí el reto, ¿Cómo implementar medidas, que
primero puedan aplicarse en el aparato del estado y como ellas podrán extenderse
a la población? En México se ha dado un fenómeno bastante terrible, que las
leyes y la justicia, son solo aplicables para la gente inculta y sin recursos,
la policía, los jueces, los abogados, solo “defienden” a los señores de “bien”,
a los zarrapastrosos, a los miserables no hay quien los defienda, ellos son los
que pisan las cárceles y las convierten en su casa y su modus vivendis y así
todo mundo tranquilo. Entonces;
¿Cómo ir atacando este tema de la corrupción?
Al interior de Gobierno
Es definitivo que el gobierno no puede erigirse en policía y juez de
sus propios servidores, imposible contar con todos los sensores posibles y
necesarios para su vigilancia (mas burocracia), se requiere entonces formular
una ley exclusiva, amplia y completa (que no deje huecos o intersticios
legales, probables, correlación por ejemplo con la ley del amparo, que pudieran
permitirle a los “expertos” de la evasión, la “falla” de la ley) y luego de
revisarla concienzudamente, con los expertos (habría que ver que expertos, no
solo los locales o Mexicanos) empezar su aplicación puntual. Dado el hecho de
que los legisladores actuales, están involucrados directamente con la corrupción
(al ejercerla abiertamente o velada) habría que convencerles para su aprobación,
gran tarea, se sabe de leyes hipernecesarias en México, durmiendo el sueño de
los justos, o sea, están bien archivadas por allí y no salen a la luz, están congeladas,
he allí el primer reto, no solo formularla, sino ver que se apruebe y luego el
otro escalón, su aplicación constante y reiterada y que se llegue a ser un
habito, una ley, que llegue el tiempo en que ningún servidor público no sepa de
las consecuencias en que incurriría en caso de aceptar o promover la corrupción
en su ejercicio como servidor público, llámese burócrata, diputado, senador,
funcionario, policía, juez, militar, gobernador, presidente, marino, etc.
Al exterior del gobierno (la población
civil).
Como se decía, la ley básicamente se ha enfocada en la población civil,
tan estricta como el mismo pueda
defenderse, considero que deberá revisarse exhaustivamente todas las leyes
que se aplican actualmente a la población toda, de todo tipo, fiscales,
penales, derechos humanos, derechos de los niños, de las mujeres para adecuarla
o aplicarla fielmente, pero siempre considerando los derechos civiles y humanos
en primera instancia, lo relevante es ponderar que las leyes “protejan” a la
sociedad y los civiles como comunidad, que coadyuven para su sano desarrollo,
su convivencia, el fin, el objetivo es, apoyar su desarrollo y desempeño como
individuos inmersos en una sociedad, y no tanto criminalizar al individuo, con
la consecuente necesidad de inflar el aparato judicial y represorio, cosa que
se ha dado recurrentemente.
Habría que evaluar todos los casos o procesos legales que se están dando
en la actualidad e inclusive los ya resueltos (enorme tarea en México, ya que se
sabe de cantidad de casos de juicios mal llevados, con la consecuente prisión a
personas inocentes y además en México, ni siquiera están los elementos de
justicia adecuados a estas necesidades y requerimientos, no pueden ya con el
trabajo pendiente que ya tienen, es enorme su retraso, tardan años en dar un
veredicto justo).
La sociedad debe percibir que la ley, realmente aplicada, es la mejor
herramienta de su justicia. Solo hasta que haya esa percepción, se habrá hecho
ya mucho con respecto a la corrupción en México.
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