En aquietada
luna,..
en acallado
verso,..
vaga el alma
dormida,..
y no quisiera
despertar,..
Macilento, casi
quieto,..
apenas, susurra un
juglar,..
Y sus coplas desgastadas,
ya muy tristes,..
con hondo y
profundo pesar,..
es que la luna no
concibe,..
no lo cree,..
el apagar de una
estrella,..
una voz,..
¿Por qué?,..
¿hay una razón que
pueda valer?,..
que era un loco,..
un fastidio,…
una carga,..
¿para quién?,..
Trasmigrar de la
vida,..
dejar el espacio
de la ensoñación,..
llega el encuentro
final,..
sólo en un instante,..
en un segundo,..
se acaba la
oración,..
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