Hoy quisiera
prestar mi voz
a los seres muy callados,..
taciturnos,..
Esos que no
sienten se merecen,..
el poder algo contradecir,..
que se sientan en
la más lejana orilla,…
para no
molestar,..
para no
disturbiar,..
para no
incomodar,..
Seres que han
mantenido su voz tan escondida,..
que su mudez se va
haciendo un grito enorme,..
que al
conjuntarse, tanto, tanto,..
puede hacer
trepidar a la más grande montaña,..
El ave raza el
horizonte,…
Se bajaron del
tren de la vida hace tiempo,..
ya no quieren
pelear y discurrir,..
ya no más,..
Tan sólo
permanecer, tan sólo estar,..
No parece que
respiran,..
tan sólo esa
mirada inquisitiva,..
Como preguntando
con su ruda mirada,..
aunque no se sabe de
cierto,
lo que ellos quieran
decir,.., maldecir,.., bendecir,..
pareciera que sus
sueños, las ideas, se toparon,..
con una enorme
pared,..
se fragmentaron en
mil pedazos,..
Vaga trémula
avecilla,..,
llévales algo de
tu bondad,..
cantales al oído,..
que puedan
percibirte,..
Y empiecen a
susurrar,..
luego a
tararear,..
y por fin a cantar,..
quizás,..
poder bailar,..
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