¿Pudiera ser que
alcanzara la luz de una estrella?
el bello
sortilegio de la luz boreal, que son tus dulces ojos,..
aquellos que me
disparan a cantar,.., a soñar,.., y a suspirar,..
¿pudieras
creerlo?,.., sé muy bien que no,..
¿Pudiera un hombre
el comprenderlo,..
saberse, entender
lo que vive una mujer,
durante toda su
vida?,..
creo que no,..
Acaso algo
aproximarnos,..
al mirar, al ver y
al observar,..
desde que
emergimos a la luz
de un nuevo
mundo,..
Mujeres que se
entregan por completo,..
sin considerar
ninguna medida,..
ante el bello sortilegio
del amor que se vislumbra,..
promesa de aquella
persona con quien quisieran vivir,
ya sus noches y
todas sus mañanas,.., todas,..
y solo van
recibiendo pequeños pedazos de corazón,…
pobres seres que se
van sorbiendo ya sus lagrimas,..
en pequeños sorbos
como de a diez,.., por pequeñitos,..
Y aun así, a pesar
de todo ello,..
se levantan cada
mañana, ellas son el sol,…
son las manos,..,
son la luz del hogar,..
y el calor,..
que a pesar de
todo, a pesar de todo,..
crecen, crecen,
cada día,..
un poco más,..
La desdicha no
puede abatirlas,..
no tienen
permiso,..
hay tanto por
hacer,..
Pero en algún
momento se fragmentan,…
se derrumban,..
y la luz de la
casa se obscurece,..
hay demasiado
dolor y llanto,..
la sonrisa que
calentaba todo,..
ya se perdió,..
Habría que traer
un ejército de ángeles,..
para levantar todo
lo tirado,..
ilusiones rotas,..
bellos angelitos
solitarios,..
y aquel hombre no
atina a hebrar un aguja,..
para zurcir sus
pantalones,..
ni siquiera puede
acompañarse,..
Y luego nuestras
pequeñas mujeres,..
se tornan en señoritas,..
y empiezan a cazar
abejorros,..
no mariposas, ni
libélulas,..
Y ya luego de
algún tiempo, parten un cierto día,..
y tan solo nos
miran, con esa mirada,..
que uno bien sabe,
que nada habrá de detenerles,..
Y así,.., así,
sigue le vida,…
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