lunes, 14 de octubre de 2013

Prudencia




¿Puede a un alma intranquila, inquieta solicitarle prudencia,….

medir todo el peso y la dimensión de las palabras, su extensión,..

su proyección,.., su acción,…, sus efectos?,..


¿Qué se quiere demostrar, o a quien se quiere convencer?,..

¿qué necesidad de afianzamiento?,..


El único que debe convencerse es a uno mismo,

decantar ya las cosas, aceptarlas,..

el artilugio de la libertad de expresión,..

es tan sólo un mínimo grito que pretende convencer a los demás,..

de algo inseguro en mi,..


Para que por cierta extrapolación yo me la llegue a creer,..

que soy malo,…, que soy bueno,.., que a medias soy,..


Debo ser muy cauto y medido del efecto de mis palabras en los demás,..

ya que los demás no deben convencerse totalmente de mis cosas,..

cada quien ya tiene sus propias definiciones, ya de sí, ya de mí,.., de su entorno,.., su vida,..


Y estas no varían,.., podrían ser justas o no,..

eso no me corresponde saber, resolver, decidir, inclinar a la balanza,..

así las cosas, el mundo, la vida es,..


Lo principal y trascendente para mi,..

es mi propia percepción,.., mi propia definición, mi “verdad”,..

esa intima tan propia,.., tan mia es y que es la que me acompaña

todo el tiempo,.., y que la llevo hacia cualquier lugar o espacio,..



No hay comentarios.:

Publicar un comentario