viernes, 25 de octubre de 2024

La pareja ideal,...

¿Existe o podrá ser factible el encontrarla?,…

Casi que la pregunta o planteo parece ser solo retorica pues no hay un mundo “ideal”,…, un amor ideal, un amigo cien por ciento leal, un trabajo ideal, una vida ideal,…, pues la “imperfección”, lo no ideal es la “regla” en la vida humana, es lo que hay y no más,…, el amor “ideal” es una ilusión, un bello “romance”, un “ideal” inalcanzable para el ser humano (promedio o no), y acaso que solo se anhela, se “ilusiona”, y que pretender “aterrizarlo” implica tiranía hacia mi persona o los demás, o mi entorno,…

El término “ideal” es claramente “subjetivo” o relativo, pues “depende” de quien lo postule o establezca, habrá que ver que el hombre o la mujer ideal dependerá de quien lo defina o delimite, un hombre podría especular que la mujer ideal fuese:

Bonita, atractiva, sensual, discreta (o lo contrario), reservada (o igual lo contrario), tranquila (o su contrario), filosófica, intelectual, artista, una buena cocinera, que sepa administrar un hogar, que sea buena en la cama, etc etc. Alguien dice: “pide y se te dará”,…, y diría mi madre: “si chucha como no”,….

Y el hombre ideal para una mujer, quizás pediría:

Que el hombre fuera: detallista, una persona que sabe escuchar y atender, responsable, proveedor, un buen amante, ser un padre responsable y más, etc etc.

Cada mujer u hombre, según su entorno o su formación (o no) o su educación, los valores que posea, o sus mismos traumas, “definirá” a la mujer u hombre que serán “ideales” para su vida juntos, yo recuerdo muy claramente a mi hermana decir: “yo un hombre como tú no elegiría ni en sueños” (aunque sus elecciones que yo vi, no fuesen tan afortunadas ciertamente).

Erich Fromm y autores diversos, han disertado acerca del “amor” o de la “liga” que enlaza a dos seres, los poetas mismos, Sabines, mismo Amado Nervo, Benedetti, Bukowski en su particular estilo y muchos más, han buscado definir al amor, pero ese amor “idílico”, romance, ideal, superlativo, esa Ítaca, ese lugar ideal, en la “realidad” pues no existe, no puede existir en lo cotidiano, en la vida pedestre, humana, desafortunadamente y que mucho de la frustración y de la consecuente depresión o coraje que se deriva, va de la mano de estas grandes “expectativas” que a la postre, en el terreno de la realidad, nunca suceden, no se dan, no acaecen,…

También hay quien ha musicalizado el “amor”, como un Juan Luis Guerra (“quisiera ser un pez”,..) y tantos más,…, ¿son las feromonas y la dopamina que hacen su efecto en nosotros?, ¿es instintivo este “impulso”, lo cual nos “forza” a ver con ojos “soñadores” a “alguien más”, extraño, ajeno (y que no es de nuestra familia y que puede desbancar a casi cualquier relación o conexión que se tuviera?), y la misma biblia dice, constata: “en cuanto el marido y la esposa se integren, ambos trascenderán los nexos con los padres que les engendraron”,…

Es claro y definitivo que el “instinto de supervivencia” impulsa al hombre y a la mujer a procrearse, a tener esa conexión o correlación o intimidad, y que sin este claro rasgo de humanidad, esta desapareciera, la humanidad pues no tendría futuro, y claramente nos extinguiríamos como especie, pero hoy sin embargo, vemos una tendencia hacia la hiper sexualidad, desde diferentes “fuentes” todo se “sexualiza”; el consumo, las “ideas”, los valores, y la mercadotecnia pues toda, está enfocada a vender a como dé lugar casi cualquier cosa que pueda comercializarse (también el amor, sus atributos y “regalos”), no importando que ello “deforme” cualquier “obstáculo” (legal o moral) que se lo impida, el eslogan antes subliminal ya no es suficiente, existe una especie de “coco wash” incesante, invasor y que rompe cualesquier barrera que lo impida, y desde esa “malformación” o perspectiva insana (porque no busca la sanidad propia del individuo sino su alienación tomando como punto de partida y fin, el instinto netamente sexual, explicito), creo que desde allí nacen muchas de las tendencias actuales que han fracturado a la minúscula, básica, célula familiar, y a la sociedad moderna en su conjunto, a los individuos, al hombre y a la mujer,…

En resumen, el hombre y la mujer modernos, actuales,…, están “inermes” ante estos elementos y fenómenos, un maremágnum de influencias que solo buscan el “vender” a como dé lugar, explotando este impulso o pulsión sexual inherente, asociado al ser humano y por otro lado, todas sus deficiencias y deformaciones que casi nadie puede (o quiere), desembrollar o resolver, el individuo pues, esta solo ante este escenario que su “instinto” básico le reclama, más o menos fuerte según sea su edad, su necesidad de afecto, o de amor, afecto, empatia o comprensión, etc.

En verdad si, hay que estar un tanto “desquiciado” por el amor, para tener el arrojo suficiente para “empatar” con alguien que de antemano debía uno saber, imperfecto, roto, incompleto, pero que ante los ojos rosados del “amor” resulta cuasi ideal-perfecto, he allí el gran, tremendo reto que se avizora, un volado monumental que no se sabe en qué caerá, ¿cara o cruz?,…

¿Existe la persona ideal?, acaso será posible o tan solo existe en las canciones, en los poemas,…

Pero si no existe, ¿qué se debe de buscar?,…

Difícil saberlo (atinarle), pero digamos que:

Hace ya tiempo planteaba el hecho de que la mujer ideal (siendo yo varón), debía de considerar que:

· Velara mi sueño cada noche (¿podría confiar mi calma por las noches?).
· ¿Podría considerarla la mejor progenitora posible para mis hijos, nuestros hijos?.
· ¿Igualmente “ella” los educara, formara, de la mejor manera posible, en libertad, en justicia en amor?

Y esto antes de,…, pero como en muchos casos, ¿qué hacer si no tome estas precauciones, antes de,…, casarme, juntarme o relacionarme con esta persona (trabajo, empresa, amistad, etc).

Considero que el respeto debe ser un ingrediente básico, primordial, ¿cuál es la medida de ese respeto?, igualmente cada quien debe establecerlo, formularlo, habrá quienes consideren “nimiedades” como una falta inimaginable o tolerable de respeto (cada quien) y habrá quien pueda sufrir hasta del “Síndrome de Estocolmo” y ver a su “agresor (a)” con bonitos ojos, tolerancia (de Santo o santa),…, ¿estará esto bien?, cada quien, diría mi madre: “es tu cruz”, válgame,…

Quizás en ese escenario cuasi apocalíptico o “real”, tendría que considerar quizás algunos limites posibles:

· ¿Mi vida corre peligro?
· ¿Mi ser, lo que yo deseo más en la vida, me será inalcanzable, imposible?.
· ¿Mi autoestima, hasta donde tensionarla?

Buscar hacer una especie de tarea (a veces diaria, a veces cada vez de “sufrir” algo; critica, repudio, reclamos, etc),…

Bueno, entonces,…

Cada quien debe decidir sobre esta “persona ideal”, que no existe,….

Ya, hasta aquí,…

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