colocar un microscopio o un telescopio, a la cotidianidad,…
es “inventar” cuentos, tramas, historias, diálogos,…
quizás insulsos, “simples”, diáfanos,…, insustanciales
aparentemente,…
Y sin embargo es de esto mismo es que se construye todo,
la “percepción”, el “sentir”, el “pensar”, el “creer”,…
el amar,…
Y emocionarse por un rato,…, dulcificar un tanto el alma,…
sonreír, imaginar, poder salirse del ostracismo, de la cotidianidad
que no vemos, que obviamos por siempre darse,…
Es otorgar diálogos a los mudos,…, a los ojos vacíos, dar un contenido
una retórica,…, un porque,…, extrapolar las ideas, los sentimientos de justicia
de libertad,…
buscar caminos y opciones plantear,…
Comulgar con la “verdad”, buscarle,…, pues esta es tan
veleidosa y a veces ella se enviste de cantidad de significados,…
y no es tan simple,…, verdad no es verdad, porque alguien lo asegure,…
lo grite,…, lo asevere,…, en muchas veces, la “verdad” solo es transicional,…
Cierto es que la vida nada nos exige,…, nada absolutamente,…
y en ella “estamos”,…, en su belleza, en su holocausto de pasiones,…
de vibras, de penas, de entusiasmo, estamos,…
Y el escritor solo busca,…
hilar el hilo del discurso de este maravilloso “tinglado”, de esta metáfora
que “vivimos”, y darle un enorme significado,…, quitarle pues lo “gris”, lo simple, lo trivial
a la maravillosa vida que solo una vez viviremos,…
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