martes, 15 de agosto de 2023

Nada es para siempre,…

Inclusive, la más bella sonrisa,
la mirada más clara y transparente,
igual ella se agota,…

Y acaso tan solo nos quedan, unos bellos “recuerdos”,
y una sensible sonrisa y una nostalgia,…
y en la liturgia aquella (conjunto de prácticas establecidas que
regulan en cada religión el culto y las ceremonias religiosas),
de los años, de las décadas, o las centurias,…
apenas “alguien” las tomara o evocara,…

Somos pues así,…, seres apenas así, “evocados”, recordados,..
“dispersos” muchas veces,…, volátiles,…, y no transfigurados,…
y por ello debemos pues, “dejar pasar”,…
no “aferrarse” a los mitos o fetiches,…
la vida es tan amplia, que no vale la pena el quedarse “estacionado”,
fijado, como clavado en una estaca,…

¿Llorar?, claro, vale la pena,…
el dulce penar que nos reduce,…
pues somos criaturas en verdad,..
y no robots, no cibors,…

Pero aun el dolor, debe dejarse pasar,…
“lo que paso, paso y lo que no paso no paso”,…

Hay que digerir esta ley y este ocaso,…
sacudirnos un tanto,.., y dar pie y crédito a la vitalidad
de nuestra alma,…
confiar plenamente en la fuerza motora del universo,..
y dejarse conducir por ella, sin oponer casi resistencia,…

En verdad: “nada es para siempre”,…, todo pasa, todo se abrevia,…
por favor, no “fijemos” nada,….
cambiemos, evolucionemos, ¿hacia dónde?,…
no sabemos sino hasta ya transitar,…



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