Buscar,..

¿Dónde buscar, encontrar,…
ese espacio taciturno,…, quieto, calmo, grato, o cálido?,…

¿Cómo evitar aquella noche frigorífica, ese fracaso y
todo aquello que se ha hecho tan cotidiano, tan pedestre, gris y tan común?,…
esa necesidad imperiosa que nos exige someternos, plegar nuestras inconsistencias
y solo así, …, permitirnos, la cercanía, …, otra mentira,…

También cohabitar con el miedo, la duda siempre, la zozobra, la angustia?,..

¿Cuándo fuera posible, encontrar a la dicha, como si fuera una bella dama, trajeada bien fino, como para una gala, una fiesta?,…

Y dispuesta a dialogar serena (sin filtros), escuchando, disertando,..
no condescendiendo, no ignorando nada, no abstenerse
de preguntar, interrogar, “¿y luego, que te dijo, que expresó,..
que sentiste?”,..

Contar pues con unos ojos, unos oídos y mente extra,…
amable si pero sincera,…, “aclarante”,…, “yo no lo habría visto así”,…

Y encontrar si el “respeto”, que no es otra más que la escucha y visión
atenta, alerta, no desdeñosa o aburrida, sin juzgar anticipadamente,..
prejuiciada pues, pensar: “ahora que se te ocurrirá decirme, engañarme”,…
cierto es que el humano es un mitómano, más o menos claro,..
si se da cuenta,…, sino, es que ya vive su mentira,…

Tendremos paz, tendremos bondad, ¿la merecemos?, pareciera una
pregunta solo alegórica, creativa tan sólo, como “jugando”,..

Y casi siempre, predecimos la respuesta que nos hemos programado:
“no te lo mereces”, “no te pertenece”, fuiste excluido de ese espacio
mitológico (solo tu),.., ese espacio inexpugnable para los seres similares,..
con “karma” predestinado a la barbarie y al desamor, vivir en una constante
guerra interna fría y externa consecuentemente,…