los momentúm,.., las inercias y las cargas,…
a veces, sin darnos cuenta, percatarnos,…
Somos sujetos del dolor y del temor de las piedras,…
ellos están, inmersos, entramados profundamente,..
y no nos damos cuenta,…, cuanto nos pesan, nos dirigen
plenos a su voluntad y su capricho,…
Y en verdad que no le percibimos,…
la “orfandad”, el miedo al abandono,…
nos hizo tanto daño,…, lacero nuestro espíritu,…
le desgarró,..
Que huíamos despavoridos ante su sola posibilidad,…
un solo atisbo,..
nuestro holocausto,…
¿Valientes?, nunca lo fuimos,..
solo creímos habría pasado la penumbra,…, el frío,.., el abandono,..
y buscamos ávidamente una mentira “ad hoc”,…
plenamente dimensional a nuestra falencia,…
desdicha,…
Vaya, que difícil es enfrentar este miedo,…, terror,…
que me ha gobernado,…, por tanto, tanto tiempo,…
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