sábado, 12 de agosto de 2017

Arpegio en el alma,..

¿Es que acaso el ruido,.., puede llenar el silencio?,..
al mutismo incesante de unos ojos retadores,..
a la voz hueca, tan profunda,.., los altísimos tonos,..
bellos,.., sueltos,.., como al azar emitidos,..

¿Pueden contravenir a las pausas?, el arpegio diletado,..
al pianísimo acorde,.., al sincope,.., al ritmo contratiempo,..
la asincronía de sonidos,.., los tonos,.., la voz,.., meliflua,..
triste,.., casi que inaudible apenas sensible,..

La figura que retorna a su cauce,.., al rio,.., al mar que se abre que se dilata,..
el espacio constreñido,.., el alma sujeta,.., que no quiere resolverse,..
quiere evolucionar así le cueste un potosí delirante,..
que enferma, que elocuente,.., que loca,.., disímbola,..
dejar,.., dejar,.., vagar,.., deambular,.., caminar,..
aquí, allí,.., allá,…, volar,…


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