Ella era un ángel quizás arrojada desde el cielo,.., en un acto de piedad
divina, Clarita habría estudiado la carrera magisterial en la Capital del
Estado y había llevado su carrera, con las notas más altas posibles,.., soñaba
con verse enfrente de un grupo de niños, con ojitos como platos,.., cantando
alguna canción escolar o una obra de teatro o recitando algún poema heroico,..,
Clarita era definitivamente un ser extraordinario caído en Salsipuedes,..,
donde nadie daba un peso por saber leer o escribir,.., la gente decía: “¿pa que
estudiar?, nomás se pierde el tiempo, hay que aprender cosas importantes, como
sembrar una milpa, llevar un arado, lazar un becerro, saber cuándo hay que
sembrar y cosechar,.., como domar a una mujer, pa que se porte bien,.., eso es
lo valioso, lo importante, ¿estudiar, como para qué?,.., puras tonterías,..
La llegada de Clarita se fue dando como por azar, la maestra Refugio
que había querido jubilarse en Salsipuedes ya no pudo, ya que un día de
tantos,.., con los corajes que le hacían pasar los niños y los padres
indolentes,.., le habría dado un paro cardiaco y había quedado allí a la mitad
de una frase: “niños jijos de su,..”, porque no le hacían ningún caso y
parecían trogloditas en el salón,.. La junta de padres ya no hubiera querido
lidiar con otra maestra o maestro más,.., no obstante el Presidente Municipal
Leobardo,.., ya les había dicho que tenía que solicitar a la maestra porque si
no lo hacia así,…, se perderían muchos estímulos Estatales y Federales para el
Municipio,.. Fue entonces que la maestra Clarita, luego de dos años de espera,
le comentaron: ¿desea tomar esta plaza como emergente, mientras se selecciona
un profesor de base?, aunque debemos decirle que nadie quiere ir a
Salsipuedes,.., ya que lo consideran un pueblo bicicletero,.., o globero,.., ¿por
qué dicen eso?,.., hay Señorita Clarita,.., ¿cuánto vale un globo?,.., ¿así o más
claro?,..
Fue entonces que la maestra Clarita comenzó allí su titánica labor, “iluminar”
las mentes deformadas de estos niños que parecían unos verdaderos animalitos
salvajes,.., y que nada atendían a lo que ella quería mostrarles,.., toda una
labor de santa caída en los agrestes parajes de Salsipuedes de los Otates,…
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