Que extraordinario es,..
este estado invasivo y larvario,..
esta melancolía irredenta,..
que no se aquieta,.., que no se agota,..
Y parece siempre nutrirse,
cazando nubecillas, glorias, ninfas, libélulas,..
y de las “fallas” mías,..
Es que la aurora
(de tus ojos terriblemente hermosos,..)
es que es el sueño que no acaba de forjarse,..
y es que la vida ya me lo debe,..
Quisiera quedarme ya por fin,.., quieto y sereno,..
para que a mi alrededor pudieran crecer enredaderas,..
madreselvas,.., alabastros,..
y algunas flores,..
Integrarme poco a poco a la vida,..
y dar marcha atrás a esta ripiante melancolía,..
Trascender a mis escasos límites,..
a mis compromisos rotos y fallidos,..
y mi escasa fe,..
y el temor al ocaso y al olvido,..
Dejar conducirme por esa vereda no predicha,..
no escogida,..
Limitarme a solo lo básico,..
vivir,.., tan solo vivir,..
y ya no mas interferir,..
dejar de provocar lluvias y tormentas,..
revoluciones y enconos,…
Permitir al mundo ser libre
de intromisiones baratas y simplistas,..
Buscar coincidir con la armonía,..
primero mía y luego mía,..
y de allí partir hacia el mañana,..
hacia la otra vida,..
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