jueves, 3 de marzo de 2016

Ceguera,..

Hay un desconcierto,..
en el fuego de lo eterno,..
cuando escasamente me duermo,..

Es quizás ese sonido estridente,..
esa voz disquicionante, que me reclama insistente,..

¡Despierta¡, sal, no te quedes en tu rincón,..
mira el ocaso, observa la bella luna,
el sol en tiernas madrugadas,..
y que displicente él se mueve, se desplaza,..

Podría oírse,..
¿el sol y la luna crepitar?,..
¿se oiría el clamor de las metrallas?,..
¿chirriarían los huesos?,..
¿escaldarían los embelesos?,..
¿musitarían las amapolas?,..

Y si la luna, encabritada ¿pudiese estar?,..
y ella muriese en un pequeño palmo de guirnaldas,..
y se arremetiera en ese breve espacio, quieta, sorda y muda,..
y ella quedara silenciada,..

Sobre sus níveas vestes,.., sobre la piragua,..
sobre la canoa que navega, en un remanso del rio,..
ella fuese abandonada,..

El vago ausente,.., loco, alucinado,..
musitando, el se va,..
diciendo,..

Yo no serví del todo,..
yo no serví de nada,..
y acaso, ¿todo el planeta llora?,..
¿volaran los planetas,.., los cometas,..
todos en un coro celestial?,..

El indefinido amor que forjaste,..
no tiene eco en la mirada,..
nada le dice,.., nada le conmueve,..
ella solo observa el plumaje del deslumbrante pavo real.

Y se expande,.., gozoso,.., inmaculado,…
nadie le escucha,..

Solo él se habla y se miente,..
y ella solo le percibe,…
y el ya no lo nota,..
solo, solo y se va,..


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