Es el hambre
atroz, la que me calcina,…
es la desdicha
ripiante, recurrente, instalada,..
aquella que no
logra irse,...
Es la esperanza
perdida, son los sueños que se durmieron,..
es no tener
ninguna salida,…
es acabar la
retórica, todas las justificaciones,..
Es darse cuenta
que ya no queda nada,..
ya ni tiempo,…,
las palabras han mudado,…
se han acabado,
silenciado,..
Es la indiferencia
atroz a la luz de cada día,…
a la risa, a la
voz, al canto, la mirada,..
¿Y los
contenidos?,.., nada, no hay nada,…
sólo se eleva un
gris sol,..
Es sólo entonces
cuando desde el fondo,..
se desgarra el
alma,.., emerge como un geiser,..
explota una
voz,.., un anhelo de hablar y decir,..
Hey, hey, aquí estoy,…
soy, estoy, he
sido,..
merezco ser
reconocido,..
mis pasos, mi
vida,.., lo que soy,…
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