Hoy nos enteramos a medio día en México, de diez cambios en el gabinete
mexicano, ahora entonces hay, tela de donde cortar, ya nos entretendremos en
ello un buen rato, que si este movimiento no debió ser, que este sí, etc. y sin
embargo creo nos distraemos de lo esencial, de lo realmente importante para los
mexicanos, comento.
1.
La enorme distancia, el abismo, entre los
gobernados y gobernantes. En México, todavía los gobernantes, se consideran los
detentadores del poder público, son ellos, los gobernantes, los que pueden
tranquilamente “desdeñar, olímpicamente a la ley”, es su privilegio, su
prerrogativa, son “cosa aparte”, se miden y evalúan con otra regla, con otra
medida y esto ha venido desde hace muchísimo tiempo, no es algo nuevo.
2. Que
muy bueno seria, deveras, que el “liderazgo” del gobernante mexicano fueran los
valores de la patria, para que estos mismos fueran los ejes rectores del
trabajo y el empeño del gobierno, pero esto definitivamente no ha sido así, igualmente
desde hace mucho, mucho tiempo. El ejercicio del poder se ha inclinado hacia
ciertos intereses muy claros, con nombre y apellido harto conocidos y ¿y todos
los demás, que?, solo hemos sido mudos testigos de este latrocinio, de esta
enorme injusticia.
3. Estos
cambios no obedecen a lo que se menciona, no en absoluto, ya se perfilan hacia
donde van todos estos “ajustes”:
a.
En primer lugar distraernos la atención respecto
a la connotada caída de la economía mexicana, el hecho innegable de la gran “tara
económica” de depender los gobiernos mexicanos, de la industria petrolera y que
al caerse, sensiblemente los precios del mismo, vengan a darle al traste a todo
el “bellísimo” plan del gobierno y sus reformas.
b.
Levantar un tanto la imagen desgastadísima del
Presidente Peña, con todas sus pifias, desde las ridículas, hasta las un poco
mas comprometedoras, como la casa blanca y su fiscalía anticorrupción que
resulto ser una caricatura y otros temas (desconocidos para la gente de a pie,
como uno, y que estoy seguro si están en la agenda política, aunque
abiertamente no se mencionen, evalúen o sigan, como las matanzas y las desapariciones
forzadas y temas similares).
c.
Otro tema, que se perfila, son los enroques políticos
en este maquiavélico ajedrez, para las futuras elecciones que pudieran darse en
los diferentes niveles de gobierno, quienes habrán de quedar a la vista, en los
reflectores, para ir haciendo meritos para candidatear sus “aspiraciones políticas
de servir a nuestro país” (sic-gulp), deveras que habría que preocuparse, en México
hay un dicho muy famoso que lo saben y lo siguen fielmente nuestros políticos: “no
me des, ponme donde yo pueda tomar”.
En resumen, pobre de nuestro México, que tenga que depender
absolutamente, de la “buena voluntad” de nuestros gobernantes, ¿hasta cuándo?,
yo no lo sé y creo no lo verán mis ojos, pero si espero que en algún futuro no
muy lejano, esto pudiera ser posible, que los gobernantes realmente se
preocuparan por servir a nuestro país con todo el amor, con que ahora,
defienden a sus apreciados huesos (chiste viejo mexicano = puesto o curul de
gobierno).
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