miércoles, 8 de julio de 2015

La mujer que no encontré,...


En verdad que no trepidan todas las flores,...
y en tu ocaso, no se instala el sol en lo oculto,...
en verdad que no,...

Y no trepida en verdad que todo el cielo,...
ni mi alma quejumbrosa va,...
ni clama por llorar una elegía,...

Mi amada mía,..., en verdad que pobre,...
apenas pinta, el pincel de tus colores en mi magra vida,...

De tus ausencias, me he llenado, porfía, y porfía,...
ay alma mía tan querida, que hubiera querido elevarte,...
en el sol de mis auroras, en una montaña virtual que yo vislumbre,...

En mi atardecer, en mi noche,..., eterna o de mil horas,...
no acabase,..., esos pasajes, esos roces, que nos hubiéramos,...
si,...

Que aquellas nuestras energías, esas de la estática, manifestáranse,...
e hicieran un chasquido, emitieran algunas chispas,...
y el dolor tan sutilmente intenso y muy bello,...
de dos pieles, que juntándose, eslabonandose,...
se lijaran, una a una,..., emitieran,...

Ay hermosa, mujer tan bella, bella,....
que en tu noche, te hallas escondida,...
de mis ojos, esas mis locas palabras,...
no se diga de mis roces,...
mi locura,...

Mujer que no te encuentro,...
y que divago, como fantasma sollozante,...
alma en pena,...
suplicante, pobre, pobre,...

¿Vez?,..., que he podido sacarte una sonrisa,...
bueno, algo es algo,...
mentirosa,..., ahí nos vemos,...
seguiré bregando en esta búsqueda,...
no se donde,..., ¿para que?,...


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