Sobre la tenue
bruma de agua,..
que emerge en
madrugadas,..
que hace tiempo yo
no he visto,..
que ha tiempo ya
me ha abandonado,..
Y mi cuerpo ya
cansado con los años,..
los amores
inconclusos y tantas fallas,..
los silencios
impronunciados,..
y los besos no
robados,..
los suspiros no
emitidos,..
todos ellos,..
Se adhieren a mi
alma anquilosados,..
y me recuerdan,..
el tiempo, los
segundos y las horas,..
el tránsito de la
incipiente vida a la muerte,..
de la poquedad de
la psique humana,..
que se conforma
con frases, con verdades,..
medianas,..,
embelesos, mentiras,..
Porque teme,.., la
verdad postrera de humana era,..
el Dios que le doy
forma arbitraria,..
disidente,..,
coadyuvante,..
inclemente,
suplicante,..
poliédrico,..
amante,..
Un mendigo, un
rey,.., una figura,..
un icono rimbombante,..
Oh mi Dios, ¿quién
te haya visto?,..
el tremular, tu
murmullo,…
tu belleza,..
El lenguaje de los
mudos, los sin ropa,..
los
trashumantes,..
los perdidos,..
Hazme un hueco en
tu costado,..
ese donde la
herida,..
para ver si ahora
si yo creo,..
y entrego,..
Mi levedad, mi
poca monta,..
el ser más
mínimo,..
altanero,
bullanguero,..
pendenciero,..
Oh mi Dios,..
yo te quiero,..
aunque no sea
semana santa,..
siempre te
busco,..
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