No es que viaje en
horizontes,..
en amplio vuelo
circundante,..
Que bese
aberrante, la herida, resquemor,..
la llaga bien abierta,
aquella de Galeano,..
O del cuento que
cantaba trémulamente la abuela del buen Gabo,..
O de las cartas sentidas
que escribía algún día, ese Coronel, Aureliano,..
O del indio que no
paraba su mirada, que nada le contenía, Rulfo traducía,..
O del tortuoso
andar del caminante soterrado de Dante,..
Del sublime amor
de aquel Romeo,.., por su amada Julieta,..
De la penumbra del
que cohabita en la obscuridad, de Platón en su caverna él decía,..
Y ni siquiera he
recorrido un solo milímetro,..
un caracol o una
tortuga, me rebasarían limpiamente,..
trepidaría más una
piedra en un desierto congelado,..
Es cualidad, es
vertiente adjudicada, merecida, devengada,..
de aquél que
visitó el espacio blanco, la camisa,…
donde el formol, se
entremezcla con las hadas, los duendes, los fantasmas,..
Imaginantes, que
cohabitan, que nos hablan,..
que sorben un café
y nos invitan,..
que buscan la
ruptura de condicionantes,..
cadenas y sedosos
lienzos, que llenarán el espacio de melancolía,..
de negra, triste, gris
y tímida vida,..
¿Cómo contener,
delimitar, lo que no tiene sustancia?,..
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