Si es verdad,..
que yo suelo ser
muy pequeño,…
porque ahora me
doy cuenta,..
de la fragilidad y
de las horas,..
del devenir de los
segundos,..
He reconocido la
ceguera que hay en mis ojos,..
he deambulado
entre verdades,..
unas propias,
otras prestadas,..
no embebidas,..,
integradas,..
de diferentes
fuentes,..
Me doy cuenta,.., hoy
atisbo,..
que por más que yo
quiera,..
atrapar la enorme
luz de la verdad,..
esta me será
vedada,..
y que nunca la alcanzaré,..
Pues me es tan
sectaria,.., muy precaria,..
Allí es donde
entra la poquita fe que yo tuviera,..
ya que tengo que
imaginar a los puentes,..
las ilusiones y
los sueños,..
la verdad, la
justicia, y el amor que prevalece,..
a pesar de que yo no
pueda percibirlo,..
pues es que me
rodea el reclamo justo,..
ya mis hechos
consumados y mi historia,..
Y bien podría
reconocerme,..
como un ser
aislado e incompetente,..
carente de todo
sentido y gracia,..
pero hay algo que profundamente
me dice,…
porfiad,
porfiad,.., confiad,…
Aunque de repente este
se desvanece,..
pero es condición
tan mía,..
que ya entiendo
que he abonado por mucho tiempo
este discurso,..
como si fuera,
absoluta verdad tan propia,..
y que ahora sé muy
bien que la fe puede formularse
de esa manera
pervertida,..
y pervivir acorde
a ella,..
dejarse llevar,..
Que ahora quiero
empezar a caminar,..
un tanto lento,..
quizás
trastabillando,.., errantes pasos,..
eslabonando
algunos verbos,..
desconocidos para
mí, para mi lánguida alma,..
un paso, luego
otro más,…
equivocarse,..
otra vez tratar,..
y así,.., así,..
continuar,..
continuar,..
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