¿Cuánto habré
recorrido para comprender?,..
que la vida
obedece a un balance,..
Y que en un
momento dado yo me inclinaba,..
del lado quizás
mas cómodo o el que más me agradaba,..
o a veces huía,..
de esa naturaleza mía,
muy propia,..
Impelido por
muchas causas y razones,..
el temor ciertamente
de fondo,..
Sin apreciar
que,..
existen esas
fuerzas dentro nuestro,..
que el negarlas se
hace imposible,..
Y en esa medida se
hacen estas más grandes,..
y es como
cercenarnos,..
quitarnos algo de
nuestra prima naturaleza,..
Esas fuerzas,..
eros y tanatos,..
siempre se
encuentran dentro nuestro,..
El “quid” es
encontrar y no negar esa presencia,..
buscar ese
balance,..
el que nos permita
el equilibrio,..
Tan sólo se
requiere de una inclinación,..
pero no huir,..
no negar a su
existencia,..
¿Qué tan cerca
estoy de estar derruido en el suelo?,..
tan sólo,..
por la bendita gracia
de nuestro Señor,..
es que no me perderé,..
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