En el amor y la
amistad hay un ingrediente substancial,…
este se llama: Integridad,…
de allí, se derivan
otros más: Honestidad,..
honestidad en las
palabras,..
honestidad en los
afectos, en los amores,…, en las acciones,..
Congruencia, correspondencia entre los ofrecimientos y
los requerimientos,..
que no haya
divergencia entre ellos, ya que ello fractura al alma,..
porque no comprende
y busca el “compensar”, “justificar”, racionalizar y comprender
el porque,…
Y ante esto dicho
como preámbulo y marco de referencia,…
debo decir y
manifestar lo siguiente:
He sido en toda mi
vida demasiado “tonto”,…
y me he aferrado quizás
demasiado tiempo a los afectos
un tanto estériles,…,
rayando en la indiferencia,…
creyendo que quizás
por los estereotipos y cliches,..
esto obligaba y
eran ley de que se dieran,…
y donde no había absoluta,
mínima o levemente justa correspondencia,..
que no había
respuesta, que no había eco,..
quizás abducido
por carencias tan íntimas que en mi vida se dieron,..
y que interiorice
y las hice parte integral de mi alma,…
y que siguen tan latentes
y exigiendo ser cumplidos,….
otras personas más
inteligentes, emocionalmente hablando,..
ya daban una
respuesta más inmediata e inteligente,..
y ello a mi me
provocaba una reacción totalmente extraordinaria,..
desgarrándome las
vestiduras,.., y haciendo enorme drama,..
Esto me va
llevando a establecer un estado de latencia permanente,..
no me inclino, no
me entrego,..
prefiero la
medianía,..
porque los afectos
ya resueltos,..
ha mucho tiempo
ya,..
todavía los
espero,..
vaya tontería
reincidente,..
diría mi madre
ampliamente,…
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