a tu esperanza de niños,…, y a tu fe pequeña inquebrantable,…
lánguida,…
Hoy estas, de tu boca muda, andarina,…
están sellados tus labios y tus sueños ellos no respiran,…
¿se han agotado estos, se han acabado?,…
No sabemos, mi flor cálida, bella, hermosa,…
y que apenas ella se vislumbra, y ¿es que acaso existes?...
y ¿si pudiera yo guardarte en mis ojos algo viejos
y cansados, que pasaría?,…
No sé a bien, pero sé que me haría tanto bien y quizás
llorara con una sonrisa,…, y cerraría mis ojos con indulgencia,..
Yo, pequeño (a), quisiera admitir ya tanto, tanto…
que he errado tanto, que me he equivocado tanto,..
que no es posible no admitir…
asentir…
Y en verdad quisiera quedarme “silencio” (palabra usada
por mi gente, que equivale a “estarse sosiego”)…
y nada más decir, pues toda palabra ha sido gastada,..
tan solo para “compensar”…
para según dar un sentido, una aclaración que se “salga” del trillado contexto,..
y no,…, no lo es, pues era insuficiente…
ya lo entendí,…., ya lo entendí…
Les digo, les quiero, a pesar de todo,
de mis ambigüedades y de mis dudas,.., de aquellos sensibles limites,
y de mi discurso fallo, arcaico, gaélico…
e igual por encima de mis carencias, ¿cuáles?,…, todas, es más fácil decir…
aseverar…
Que cosa tan triste, es la de este “ego” que él nos dicta y manda “cosas” que no,..
que no deben de ser, que no tendrían que ser ellas y sin embargo,..
ellas fueron, se dijeron, ellas se hicieron y nos gobernaron y nos perdieron
y nos dieron según “razones”, todas ellas erróneas, equivocadas,..
¿Perdón?..., palabra muy fácil,.., ¿y el sentido?,.., claro que no…
pues ha sido insuficiente….
lánguida,…
Hoy estas, de tu boca muda, andarina,…
están sellados tus labios y tus sueños ellos no respiran,…
¿se han agotado estos, se han acabado?,…
No sabemos, mi flor cálida, bella, hermosa,…
y que apenas ella se vislumbra, y ¿es que acaso existes?...
y ¿si pudiera yo guardarte en mis ojos algo viejos
y cansados, que pasaría?,…
No sé a bien, pero sé que me haría tanto bien y quizás
llorara con una sonrisa,…, y cerraría mis ojos con indulgencia,..
Yo, pequeño (a), quisiera admitir ya tanto, tanto…
que he errado tanto, que me he equivocado tanto,..
que no es posible no admitir…
asentir…
Y en verdad quisiera quedarme “silencio” (palabra usada
por mi gente, que equivale a “estarse sosiego”)…
y nada más decir, pues toda palabra ha sido gastada,..
tan solo para “compensar”…
para según dar un sentido, una aclaración que se “salga” del trillado contexto,..
y no,…, no lo es, pues era insuficiente…
ya lo entendí,…., ya lo entendí…
Les digo, les quiero, a pesar de todo,
de mis ambigüedades y de mis dudas,.., de aquellos sensibles limites,
y de mi discurso fallo, arcaico, gaélico…
e igual por encima de mis carencias, ¿cuáles?,…, todas, es más fácil decir…
aseverar…
Que cosa tan triste, es la de este “ego” que él nos dicta y manda “cosas” que no,..
que no deben de ser, que no tendrían que ser ellas y sin embargo,..
ellas fueron, se dijeron, ellas se hicieron y nos gobernaron y nos perdieron
y nos dieron según “razones”, todas ellas erróneas, equivocadas,..
¿Perdón?..., palabra muy fácil,.., ¿y el sentido?,.., claro que no…
pues ha sido insuficiente….
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