ella me dice, me demuestra,…, la belleza tan sublime del alma,…
su tersedad, su amor,…, su delicadeza,..
En verdad que poco me importa el idioma, inclusive su contenido,..
y quizás ciertamente no logro comprenderla, no la entiendo,…
pero puedo ver a través de sus notas,…, de su ritmo, de su pausa, sus silencios,…
El “color”, la “textura” del alma,…, y la voz del cantante, es el mejor vehículo
que con ella me denota ese su color, su tono, o su sensibilidad,…
el grado de su dolor, o su sensible pena, su gran penar,…
o su aspiración, su belleza en si,..
Escuchar a un cantante que “canta” con el alma a mí
plenamente me derrota,…, rompe, derriba todas mis defensas,…
me “arroba”, me enamora, y no puedo dejar de escucharle,..
Me hace tan pequeño,…, y me arrulla,…, me apapacha el alma,…
me remite a mi tierna infancia o al mejor pasaje que hubiera vivido,…
y me da la sensación de que no todo está terriblemente perdido,…
para los seres humanos,..
y que aun hay una esperanza para el mundo,…
que un mañana diferente puede venir,…, crearse,…
y solásarnos,…, y liberarnos de todas las cadenas ominosas que nos han sujetado,…
desde siempre,…
Desde la insania, y del dolor que incide un humano a otro,…, por no saber, por no conocer,…
otro comportamiento,…, por estar oscura su alma, de tanto dolor,…
La música realmente me “eleva” sobre cualquier limitante que hubiera creado mi mente,…
que mi alma atormentada no quisiera “soltar”,…, me crea imágenes “nuevas”, poderosas,…
altas, creativas,…, me llama a considerarlas,…,a saborearlas,…, evocarles,…
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