que desde hace ya mucho,…
diserto, hilo,…
En un espacio vacío y solo,…
y no hay manera de remediarlo, enmendarlo,…
cualquier dicho, postura, o tan solo un vocablo
o un verbo, no es escuchado, sopesado, analizado,…
comprendido,…
O siquiera mantener un deseo mínimo de entender,..
o de saber,…, reconocer, y ya luego, admitir y asentir o no,…
Tan solo este es obviado, no escuchado,…, una indiferencia cuasi monumental,…
un espacio vacío ciertamente,…
Y yo habría querido rellenar, cubrir este espacio con palabras,…
argumentos,…, referencias,…, explicaciones,…
“no eso no es así, déjame te explico”,…
Y recién comprendo que esta especie de relleno, de “puentes”,…
han sido o son,…, infructuosos,…, pues,…
el ser humano tan solo comprende desde su espacio, desde su marco
conceptual, desde sus asíntotas,…, desafortunadamente,…
Nadie renunciamos a nuestro narcisismo o “verdad” que según
poseemos,.., o argumentamos que reconocemos o perfilamos,….
El ser humano no renuncia a ese deseo vehemente de conquista,…
a ese acertijo que es su propia imagen que recrea, de verdad o de destino
manifiesto o no,…
No admite diferendos,…, caminos o visiones diferentes
a la suya, propia, conquistada o heredada,…
Preguntamos de la guerra,…, ¿por que?,
dado que en ella estamos permanentemente el ser humano,…
con su mentor o con su prójimo,…, siempre en pugna y en deseo
anhelante de conquista, o de sometimiento,…, siempre,…, siempre,…
Dejándose o queriendo conquistarle,….
ahhh,…, y quizá ya entonces arribar, a ese estado de victima permanente,…
el humano es que vive recurrentemente,…
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