para ya no creer que me quiero acabar el mundo.
Tengo ganas de que algo me estorbe,
de que algo se interponga entre mi deseo, el mundo y tú.
Quizás solo así se puedan refrenar mis ansias de poseerte.
Quisiera tener botones de diferentes tamaños y colores
que me explicaran sobradamente, porque las palabras me provocan
y son angostas.
Sugerente me despierto, así como vivo,
y soles me levantan y noches me acuestan.
Así, solemnes nos comportamos,
pero con una sed y un hambre que parecen no tener fin.
¿Por qué me intriga tanto el fin? no lo sé,
quizás es por qué en el mismo morí, y a mí me da miedo morir.
La muerte, el vacío y el olvidó parecen ser mi fin.
Entonces mi destino me mira y se burla,
me mira de nuevo con dudas y obstinación.
Quisiera contarte, esquivarte y no recorrerte,
porque me cansas y fastidias.
La noche me daba miedo,
porque sentía que la luna se me caía,
me preocupaba no poderla tener,
la veía fiel y me sentía acompañada,
pero me disgustaba no saber qué hacer con ella.
La noche hostil, asevera lo que callamos,
porque callamos todo y a la vez nada,…, todo yo,
y aunque ella me susurré todo el tiempo,
yo la ignoró, pretendiendo así escaparme a mi fortuna.
Y huí de lo cercano, de lo querido, de la añoranza, de lo cierto,
y como una enceguecida me negué a mí misma y no nací.
Me duele ser ciega, porque me pierdo,
me desvanezco, me hiero constantemente.
Ipso facto se acaba todo……
Y se penetra el silencio en las rendijas de mi ser…
¿Para qué tanto amor, si no me lo puedo comer? …
Desde que te conozco ya no te ves gorda.
¿Sera porque me constriño? porque el amor me dejo.
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