jueves, 17 de septiembre de 2020

Unas líneas,…, palabras,..

Para “alguien” especial,…, no creo necesario decir su nombre, el o ella sabrán para quien van dirigidas,..

Lo he mencionado mucho y lo sigo diciendo, que yo no fui un buen padre, yo estaba muy poco calificado para serlo, pero lo fui, fui padre de dos varones y una hija,.., y casi siempre me falto razón, templanza y sabiduría (no se diga), hoy pues a “toro pasado”, se que me falto esto que digo,.., en resumen amor,..

Imposible es cambiar el pasado, y los dichos, las acciones y las actitudes ellas expresadas, allí están y mis hijos no me dejaran mentir al respecto,…

Hoy, ya alejado de esa “angustia” de no saber a ciencia cierta que hacer y como proceder con los hijos, en momentos de gran dificultad e ira, de enojo o de rabia,…, muchos padres al igual “fallamos” y de ahí el consejo,…

 “Piensen mucho antes de responder”

Hoy me doy cuenta que en que la “premura”, o impotencia de no saber cómo, el proceder a disciplinar o “acallar” un mal comportamiento violento,…, procedemos realmente muy mal,.., a veces los hijos, actúan con enojo, con rabia, porque no tienen, no poseen, otro lenguaje de expresión,… Martha Sánchez, en su libro “Tu hijo, tu espejo”,.., decía bien, los hijos rebeldes, son los que realmente nos enseñan a “ser” padres,.., los hijos “buenos”, hasta cierto punto dóciles, solo se van acomodando a nuestras inclinaciones, ello, ¿será bueno para ellos?, ¿podrán construir una definida personalidad?, o ¿solo están “adaptándose” a nuestras exigencias?, creo que de las respuestas a estos planteos, habremos de resolver con mayor claridad y justicia,…

Por otro lado, casi siempre los padres, “deseamos” enderezar(?) a los hijos, según nuestros “cánones”, nuestro marco referencial y creencias, de aquello que consideramos cierto o correcto, pero realmente, ¿ello es así?, y les “propinamos” severas reprimendas de aquello que “debe de ser” = rollo, dizque educativo,.., y claramente no vemos que importa tanto lo que digamos, sino lo que hacemos realmente, hacia ellos,…

Si yo “repruebo” (por cualquier “motivo o razón”, muchas veces creemos tener toda la razón para ello) a un hijo, le estoy poniendo una tremenda etiqueta, que muy difícilmente el o ella se podrán auto-quitar,..

Y si yo le miento, sobre algo y esto es clave o sustancial, y si el o ella me lo creen,.., ¿qué resultara?,..

Antes de cualquier cosa decir o expresar, para mis hijos (no importa la edad), debo primero tocarme el corazón, aunque el o ella estén furibundos, yo no debo perder la calma y el amor (se dice fácil, vaya que se que no lo es),…

Solo eso nada más,..

Abrazos,..



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