domingo, 23 de diciembre de 2018

Relaciones Humanas,..


Fue me parece hasta la Universidad en que creo haber escuchado bien a bien el término “Relaciones Humanas”, igual pudo haber sido antes, pero no lo contemplaba en mi espacio mental sino como una materia que debía pasar, nuestro profesor de Relaciones Humanas, algo controversial y quizás un tanto alocado, nos pedía sugiriéramos una forma de calificar o evaluar el curso, y las respuestas se dieron diversas, desde la claramente “cínicas” (a ver si pega), de que “ellos” se darían 10, para poder promediar una calificación mayor, por sus bajos valores por otras materias y cuando a mí me toco opinar sobre mi calificación, yo me puse 6, apenas aprobada, porque consideraba que aunque no fuera “reprobado”, tenía mucho que aprender y adelantar y bien pasarían los años y estos sería totalmente real y cierto, debo casi decir, con honestidad, que muy posible esta materia venía a cuento por el área de Recursos Humanos en la Industria y creo que los creadores de los programas académicos, solo buscaban llenar el currículo escolar necesario y suficiente, para que “nosotros” no saliéramos tan “tapados” en el tema, en aquellos tiempos escolares, se pensaba que los politécnicos, éramos “burritos”, algo así como de “carga”, o sea, podían colocarnos en las peores encomiendas laborables y “daríamos el ancho”, sin problema, no obstante si se creía que como nuestros programas de estudio eran casi exclusivamente “técnicos”, difícilmente manejaríamos adecuadamente situaciones que implicaran el tema de Relaciones Humanas, que ello eso más bien seria competencia de otras áreas o departamentos y no necesariamente nuestra responsabilidad.

Erich Fromm, me parece de los más reconocidos en las décadas 60 y 70,s, hacia un desglose notable en relación al amor, en sus diferentes vertientes, en su libro “El Arte de Amar”, allí pude “captar” algo de su perspectiva, el amor filial, el amor maternal, la autoestima, el amor pasional, etc. y esto lo traigo a cuento por algo que considero elemental, dicen los psiquiatras, que los únicos seres no empáticos, son los psicópatas y de alguna manera esto se relaciona con el amor, no obstante a mi juicio, hay mucho más que analizar y concluir en este sentido, pero que no hemos explorado por nuestra natural aversión a lo perverso, quizás si hiciéramos a fondo el estudio, “veríamos” el “amor psicópata”, que muchos “locos” consideran ejercer, lo cual es eminentemente una notable distorsión, pero dados los “resultados” evidentes de los mismos, tendríamos que analizar a fondo dicha posibilidad, para poder “comprender”, si fuera posible, sus perversiones como “amor”: “la mate porque la quería”, “acabe con mis hijos para que no sufrieran”, “entreguemos nuestra alma al creador (en los ritos atroces de suicidio colectivo)”, “al violarlo (al niño o niña), lo estaba salvando”, y tantos casos más que se han conocido a lo largo de la historia humana, Jack el Destripador, y el personaje que menciona el Director de la Película Perfume.

Obviamente EROS y TANATOS, no pueden coexistir en el mismo espacio y tiempo en forma nominal, ya que ellos se cancelan uno a otro, y sin embargo en el psicópata, “ello” pretende coexistir como ya lo he mencionado.

Y ¿por qué plantear este tema tan espinoso?, porque se ha dicho de manera constante, reiterada: “all you need is love”, como una especie de mantra notable o ley universal, y considero dentro de lo que alcanzo a ver, que ello es totalmente cierto, la "Relación Humana”, es una relación de amor y también su contraparte, desamor, lo he dicho hasta el cansancio, el amor está íntimamente relacionado, a mi ver, con el “alma”, es un rasgo “propio” de ella, no depende necesariamente de lo que se le dé o se le quite a la persona, el “amor” no es algo que está afuera del ser humano, el está “in situ”, en su alma, está integrada, es una condición sine qua non que le acompaña siempre en vida.

El mercantilismo capitalista, ha pervertido el concepto, endilgando el amor desde el exterior, ser “objeto”, “cosa”, que tiene o no tiene la persona; cuando era joven e inmaduro, yo me sentía muy triste, pensaba: “¿Cuándo conoceré el amor de que tanto hablan los demás?”, y centraba este, casi de manera exclusiva, en necesariamente una “pareja” amorosa y que si no la tenía, poseía, era un ser total y absolutamente desgraciado y consecuentemente de muy bajo valor o total “cero” valor.

Vaya que tarde muchísimos años y mucho dolor, golpes y fracturas, reales y mentales, para poder comprender que el “amor” en constructo propio, intimo, y que inclusive se me habría otorgado como un “don”, totalmente gratuito, y que estaba en mí y que era totalmente mi responsabilidad el acrecentarlo o declinarlo y que no dependía prácticamente de nada del exterior, es en serio que ello fue lo que yo encontré y percibí, y claro que ello fue derivado de lo contrario que yo sentí por demasiados años, que si “alguien” no me quería, mi valor era prácticamente de “cero”. Cuando caigo en esta conclusión, me enfoco en el acrecentamiento de mi autoestima, me doy cuenta que si puedo estar más cómodo con la gente en forma general, porque al comprenderme a mí, lograba extender esa esta comprensión hacia los demás y ello me venía facilitando las relaciones diversas, sin caer en sumisión o renuncia de mi libertad, y aquí resumo algo de mis conclusiones actuales:

1.      El “amor” mío en verdad que no depende de algo o de alguien exterior, o de su existencia.

2.      Que el amor es un constructo o noción propios, yo lo creo o lo derrumbo (resiliencia).

3.      No puedo “endilgar” a un “tercero” mi felicidad o infelicidad, es algo que yo gesto, que creo o derivo de mi propia interpretación de la realidad.

Bueno, estimados,.., hasta aquí estas notas,.., sin considerar para nada el tema agotado totalmente,..

¡Felices Fiestas!,..



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