Me gustaría traer una parte de la Presentación de Andrés Henestrosa a
la Obra Historia de Nueva España, por Francisco Antonio Lorenzana, la cual
dice:
“O cesan de combatir en nosotros el indio y el blanco. Cuando creíamos reconciliados
y en paz, encontramos a los abuelos, el uno frente al otro con los puños
cerrados. A la vuelta de los siglos están Cuauhtémoc y Cortes, el uno con su
honda y el otro con su espada en las manos, prontos a la pelea. Aún hay quien
exponga el Cu a la Catedral, la letra al jeroglífico, el ídolo al santo, el
caldero contra el jarro, el color blanco al cobrizo, la espada a la honda. La
bala a la palabra. Cierto es que son formas distintas, unas más eficaces que
las otras, pero todas formas superiores de cultura, ninguna cualitativamente
por encima de la otra. Tan verdadero el Dios de los blancos como el de los
indios. ¿Cuál fervor más hondo? Iguales los dos: los iguala la necesidad de adoración.
No porque esta dicha en lengua de indios vale menos la oración, la plegaria, el
rezo idolatra, el pagano, el gentil, que la del cristiano. Los españoles, se
dice, y en ello se fundaron el derecho de conquista, nos dieron la fe
cristiana, el idioma, la cultura y la civilización, para decirlo en una palabra
y de una sola vez. Y no hay tal lo que trajeron fue otra forma de cultura y su civilización.
Porque cultos y civilizados eran los indios, tanto como los españoles. Y a
ratos, algo más. Mudos no eran los indios, tenían cien idiomas, y algunos de
notable perfección, según el testimonio de los propios españoles; incrédulos no
eran, tenían multitud de Dioses, para ellos, tan milagrosos, sino es que mas,
que los santos y los Dioses de los conquistadores. Hasta que no superemos estos
juicios, que no juicios, los remotos abuelos no estarán en paz. Hasta que no se
tenga igual orgullo por las dos estirpes, Cuauhtémoc no depondrá su honda ni
Cortes su espada. Hasta entonces viva estará la ya vieja de siglos controversia,
acerca del significado último de la conquista”
He allí entonces, en el planteo de Henestrosa la gran cuestión a
resolver a dicho paradigma,.., y que prácticamente toda la Hispanidad en América
estamos inmersos en ello, hoy todavía estamos apostados a inclinar la balanza
en un sentido o en otro, nosotros como Latinoamericanos estamos “propensos” a
considerarnos “victimas” de los españoles en este caso particular de la
conquista, y alguien dirá: “¿y no fue así?”,.., y claramente le asiste la razón,
en ello, ¿y en razón de que?,.., desde la clara evidencia ya histórica que se
puede observar en cada vez que un pueblo “somete” a otro, que busca “borrar” de
este, cualquier vestigio que pueda ser una amenaza para seguir manteniendo su
sometimiento, cualquier conflicto actual que aún pervive, se basa en ello, esto
ya es por muchos, sabido y entendido.
Difícil sino es que imposible desarrollar un criterio que no sea algo “tendencioso”
siendo mexicano o latinoamericano, sin embargo habría que intentarlo, no es igual
el mundo como actualmente conocemos a como lo fue en el año de 1492, las
condiciones que existían en aquel entonces, hoy no existe ningún parangón o
similitud con las condiciones actuales,.., los países europeos todos, veían
este tema de la “exploración”, expropiación y de la conquista, como algo normal
y necesario para su subsistencia (no se consideraba para nada el tema de la
ética o humanista, ni siquiera de manera aproximada o hipócrita, como lo es
ahora), hoy los actores de este sentido supremacista ya no son los mismos, es
mas ya ni los países como tales,.., sino grupos de poder hiper concentrados en
el tema económico y financiero, son los que ahora “invaden y conquistan” a
todos los países que pueden alcanzar, sin necesidad de un “disparo”, solo con
dinero que inyectan a las economías que requieren sus empréstitos, para el
intercambio comercial globalizado.
Y de acuerdo estoy con Henestrosa, mientras que no “superemos” como
sociedad este enorme conflicto “basal”, no habremos llegado a los nuevos
tiempos, que como país requerimos de nuestro inconsciente colectivo fuerte,
robusto, sin sentirnos “menos” en demasiadas formas, por haber sido nietos y
bisnietos de estas razas masacradas y sometidas.
¿Qué tendrá que hacerse? Ciertamente algo que quizás no hemos hecho, se
dice: “la verdad os hará libres” y es el caso que hoy todavía tenemos una parte
o toda la historia mexicana terriblemente fragmentada, acaso vemos pasajes muy parciales
y muy posiblemente totalmente “deformados” de la historia antigua de México, se
debe entonces, en todo lo posible “desmitificar” y “alumbrar” estos periodos
nuestros tan determinantes, para poder entender y comprendernos en el ahora, si
para una persona es básico saberse cierto de sus orígenes, para una nación es
hiper indispensable hacerlo, es una enorme tarea que debemos de hacer,
elaborar, o colaborar, no solo los profesionales están obligados a ello, antropólogos,
historiadores, investigadores,.., debemos todos sumarnos a “conocer” cada vez más
como es que nuestra cultura prehispánica colapso y como fue y ha sido todo nuestro
proceso de desarrollo para podernos comprender como país,.., para establecer
una clara personalidad y definición que sea real, nítida,.., genuina,.., y a
ello estamos todos invitados,.., convidados,..
Abrazos conciudadanos,.., que esta fecha sea de mucha reflexión,..
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