Escuchando de fondo,.., una furtiva lagrima, con Luciano Pavaroti,..,
comienzo este escrito,.., decía Violeta Parra,.., malaya de beneficio, ese de
ser “sensible” a las cosas, estados,.., personas,.. Llegando de laborar de mi
turno nocturno,.., vi a una señora algo mayor, parecía,.., viendo a una imagen
de la Guadalupana,.., inclinaba su cabeza, para algo creo,…, comprender,..,
solo fue un instante y me acorde de ti,.., que inclinabas tu cabeza igual,.., y
hablabas con los ojos con tu madrecita tu decías,.., como quisiera poseer esa
hermosa fe,.., esa arrobación despertada por tan solo creencia,.., una fe de “niña”
hermosamente grande que humildemente solicitabas quizás por alguno de
nosotros,.., no podríamos saberlo,.., tus ruegos eran mudos,.., silenciados y
nada nos decías,..
Ya,.., vaya mi corazón y mi alma hasta donde tú estés, residas o
reposes,.., que tu bendición que siempre me otorgabas ella siempre me
alcance,..
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