Si puedo renunciar,..
es en verdad que gano,..
Porque es en la exigencia notable de mis apetitos,..
y su consecuente satisfacción y hartazgo,..
que es allí donde declina
mi libido,..
y me relajo,.., me distiendo,..
Y si,..
debiera atender el protocolo funesto
y formal de la dolorida renuncia,..
y quizás algo investirla,..
Con una ceremonia protocolar,..
con una sentida lagrima,..
y algo de frustración y enojo,..
y algo de frustración y enojo,..
y creérmelo,…
Condolerme,..
pobrecito mío,..
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