miércoles, 10 de mayo de 2017

Madre ausente,…

Podría invitar a la palabra sorda,..
muda,.., silenciada,…
acompañarte,..

Quizás recordarte con algún réquiem mal herido,…
conformado,..

Como quisiera, recordar cada una de tus bendiciones,…
y saberme merecedor de cada una de ellas,…

Ser tan solo, un simple hijo que emergió de tus entrañas,..
y que alguna vez me cobijaste entre tus brazos,..
y tus penas,.., y tus lágrimas,..
que no se fueron,.., y que acaso alguna vez,..
tuviste una paz algo serena,.., casi beatificada,..

Madre ausente ahora, de este plano,…
en que ya no logro visualizarte,…

Pero sin embargo escucho,…, el eco de tu voz,..
transitar entre los eones del tiempo, de distancia,..

Te puedo ver en los confines de mi memoria,..
madre que evoluciono un enorme portento,..
para algo poder entendernos,.., abrazarnos,…

Que nunca nos diste por ausentes,..
aunque estuviéramos, tan lejos de tus manos,..
y al fin respetaste al tiempo,.., al designio,..
al árbol, la oruga,.., y el símbolo,..
claramente,…, y tan solo esperando,..

Madre,.., alzo mi voz,.., mi mirada,..
y te digo,.., simplemente,.., gracias,..
y que el Dios de los rosedales,…
te siga llevando,..

Por favor, descansa,…
descansa,…


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