Creo en definitiva ahora, que la soledad es una condición, sine qua
non, del ser humano (va con él, es intrínseca), algunos connotados ya la
trataban, From, Jung, Rich, la complementariedad para “llenar” el vacío
existencial, recursos como: el consumismo, una persona, el estatus, el éxito,
la felicidad, etc. todos ellos vectores para extrovertir nuestra soledad, es
una especie de “ruido” que nos evita o nos dirime el encuentro a con ella,
tratamos de llenarla con cosas, objetos, el estatus, el éxito, la búsqueda
denodada de la felicidad, el consumismo, ideas, creencias, fe en algo superior,
temores, locura, escritura, lecturas, TV, cine, beber, drogas, bailar, etc.
El miedo a la soledad, se ha conformado en una especie de síndrome
moderno, existe un verdadero pavor a ello, a no sentirla, cualquier cosa es recomendable
para evitar ese momento en que pudiera enfrentarse a la soledad, se hace hasta
lo imposible para evitarlo (es muy posible que por eso las redes han resultado tan
explosivas en su crecimiento).
El miedo o pavor a la soledad es como una prolongación o extensión de
la etapa juvenil, en que se buscaba fervientemente la empatía, el peor pecado
era, estar fuera de lugar o de contexto, no empatizar, se dice constante:
“júntate con los ganadores, no seas un looser”, debemos ser banda, manada, ser
empático es lo cool, es estar a la moda, es ser armónico, etc. todos estos, modelos
éticos y moralistas que corresponden a una cierta etapa de la sociedad, en los años
60s, ir en contra del stablishment era
lo correcto, lo in, y cuando un vestuario se hacía popular, ya era tiempo de
cambiar de ropa, look, ideas, etc
Por otro lado, vemos claramente que el ser humano está solo en las
principales acciones o sucesos importantes de su vida, al nacer, al enfermarse,
en la muerte, en el éxito (el éxito tiene muchos padres, el fracaso es
huérfano, pero el que trabaja para ello, es el solo individuo), en el fracaso,
al tomar la decisión de casarse o divorciarse, embarazarse o abortar. Todas
estas decisiones, por más que uno quisiera delegarlas y echarle la culpa a otra
persona de ello, con nítida honestidad debemos caer en la cuenta de que fue
única y exclusivamente nuestra exclusiva decisión.
¿Qué hacer con ella (con la soledad)?
Alguien sugería, hazla tu amiga, y en mi caso muy particular, luego de
darme cuenta de su clara existencia, o
sea que no la podía evadir, (aclaro, vivir con gente, no significa que no haya
soledad) resolví darle una buena cara e invitarle a estar (no huir de ella) y
llevármela más tranquilo, entendiendo deveras, que muchas veces por querer
llenar ese gran vacío, incurrí en cuestiones que podrían ser denigrantes para
mi persona y también para la otra persona, además, tener que asumir posiciones
y gestos por tener que empatizar forzosamente (para llevarme la fiesta en santa
paz), aunque yo no estuviera convencido plenamente, y me di cuenta que esta
necesidad tan vital, al ser tan ansiosa, me habría llevado a no aquilatar a mi real
ser y mi persona se habría devaluado de manera importante, al aceptar prácticamente
el rendirme ominosamente ante esta invasión y posesión literal, de la
consciencia y de facto, por ese gran temor a la soledad y sus efectos, la melancolía
uno de ellos.
Tratando de una manera tal, llenar dicha “soledad”, con cualquier cosa
o persona (s), hacer mutis. Aunque es claro que entre la soledad y la compañía
de otra persona, esto sería lo mejor, buscar el testigo testimonial y no solo
el reflejo narcisista, apostando a los resultados benéficos derivados que
pudieran resultar (dimensionar el ego seria uno de ellos, hacer crecer al amor),
y para dar un poco la vuelta a este síndrome de lobo estepario de Herman Hess, sin
embargo, me debe quedar muy claro, el saber y comprender, que al juntarse dos
personas, ello no significa que ella o el, van a cubrir todas sus carencias
afectivas faltantes (muchas de ellas fueron “faltantes” de los padres) y emocionales
(esto es imposible, y en las relaciones tormentosas, esto es lo que se
pretende, vaya locura), y ya en un terreno honesto y maduro, de persistir esta
relación, es que estas dos soledades se habrían conjuntado y eventualmente se
acompañaran y tocaran, sería como lo más claramente lógico y natural, y
rechazar notablemente el que sin ti, la vida no es vida, la muerte es parte de
la vida, y es un proceso natural que todos habremos de pasar y al morir
alguien, no nos falla, sino que es natural que ello pase ¿y la vida?, habrá de
seguir, y esto es ley de vida, y no hay forma de rebatirla.
Estas líneas, son solo apuntes respecto a,.., hay mucha tela de donde
cortar en ello,.., abrazos,..
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