sábado, 12 de marzo de 2016

Yo veo un México (extractos del discurso, 1ª parte, de Colosio en la plaza del monumento de la Revolución de la Ciudad de México, el día 6 de Marzo de 1994)

Para poder contextualizar o poner en perspectiva, lo que aconteció en Lomas Taurinas, Tijuana el 23 de Marzo del 1994, con el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, habría que ampliar la perspectiva, y hay seguro quien pondría la mira en todo el proceso de desarrollo del PRI desde su creación como PNR, los procesos políticos que se dieron en todos esos años y que eventualmente fueron derivando al año de 1988, donde el PRI-gobierno, se vio sensiblemente amenazado en la elección de presidente de la republica. Yo claramente recuerdo, que muchas de las personas cercanas a las que preguntaba por quien habían votado, me contestaban que había sido definitivamente por Cárdenas; en aquel entonces, realmente yo no tenía casi ninguna inclinación a la política y mucho menos a la mexicana, dado que el PRI y toda su maquinaria, había sentado sus bases en el gobierno, desde que yo tenía memoria y consecuentemente, nadie, siendo joven y romántico, podríamos considerar a la política como algo atractivo en lo mas mínimo, tan siquiera para poderlo discutir abiertamente, era un tema propio tan solo, para dos tipos de personas, los “grillos”, que de alguna manera medraban en el ambiente político y se coludían con los nefastos líderes priistas (principalmente para capitalizar su amistad, obteniendo prebendas que pudieran beneficiarle) de los que se sabían evidentemente todas sus andanzas, hasta por simples rumores de la misma gente que pudiera haberlos visto en tal o cual situación, dado el enorme cinismo de su comportamiento sin restricción y sin medida, y los otros interesados en la política, eran los “rojillos”, procomunistas o socialistas, que habían visto su cenit y declinación catastrófica, en el movimiento estudiantil de 1968 y que dado los resultados de la represión política brutal, habían optado, la mayoría, de mantenerse en un perfil un tanto más bajo, pero igualmente en la lucha sorda, pero reiterada, buscando constantemente tener una clara tendencia hacia la legalidad, en contraposición a las corrientes más radicales, que solo veían el derrumbe total y violento del sistema de gobierno,  vía los partidos políticos, es pues que antes del PRD, fueron el PMT, el Frente Cardenista, y otros que no recuerdo, algunos netamente radicales (comunistas, tronquistas y anarquistas), resultando que la misma militancia y acción continuada, habían logrado infiltrar un tanto al propio Pri y ya se veían visos de descontento en el mismo partido que había sido monolítico, hasta hace unos pocos años, de hecho los principales propulsores de los nuevos partidos políticos, de “izquierda”, fueron “creados” por políticos que habían militado por muchos años en el Priismo, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y solo acaso se salvaba, el Ing Heberto Castillo, pero que este había declinado en pro de Cárdenas, tanto en la contienda a la presidencia de 1988 como también sumar el capital político creado por el PMT (Partido Mexicano de los Trabajadores) y todos sus colaboradores, para afianzar la construcción del PFCRN (Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional) y además de todo esto que se daba en el ámbito político, en Chiapas había saltado al escenario político el C Marcos con su EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), era pues en definitiva que había realmente un ambiente del cambio político en México y que el Pri debía de cambiar su estrategia política.

Enseguida, transcribo fielmente el texto completo de la primera parte del discurso dado de Colosio al priismo en la Cd de México, en el marco impresionante del Monumento a la Revolución, con claro sincretismo entre lo multitudinario (pero muy ordenado), el discurso (muy bien cuidado) y la oratoria bien desempeñada, el simbolismo del estrado, con clara tendencia religiosa, el mismo marco del monumento de la Revolución Mexicana de fondo y marco, que no cabe ninguna duda que se nota el enorme gasto en recursos empleados de todo tipo, para este gran show mediático, se ve claramente que los organizadores querían marcar una gran diferencia con este acto suntuoso y muy bien cuidado, seguramente el discurso (el real producto que se quería vender) dado por Colosio, había sido muy bien cuidado y pensado por aquellos que lo hicieron para darlo a conocer, a sus Priistas primero y a los simpatizantes que habrían abarrotada la explanada del monumento de la Revolución.

Transcribo enseguida esta primera parte.

Aquí está el PRI
que reconoce los logros, pero también, el que sabe de las insuficiencias, el que sabe de los problemas pendientes.

Aquí está el PRI,
que reconoce que la modernización económica, solo cobra verdadero sentido, cuando se traduce en mayor bienestar para las familias mexicanas y que para que sea perdurable, debe acompañarse con el fortalecimiento de nuestra democracia,
esa es la exigencia que enfrentamos y a ella responderemos con firmeza.

El PRI reconoce su responsabilidad, y esta es de la mayor importancia para el avance político de México,
los Priistas sabemos, que ser herederos de la revolución mexicana, es un gran orgullo, pero ello no garantiza nuestra legitimidad política,
la legitimidad, debemos ganarla día con día, con nuestras propuestas, con nuestras acciones, con nuestros argumentos.

Como partido, tuvimos un nacimiento que ha todos nos enorgullece, el PRI evito que México cayera en el circulo vicioso en que tantos países hermanos de Latinoamérica, que perdieron décadas, entre la anarquía y la dictadura, la estabilidad, la paz interna, el crecimiento económico y la movilidad social, son bienes que hubieren sido inimaginables sin el PRI, pero nuestra herencia, debe ser fuente de exigencia, no de complacencia, ni de inmovilismo, solo los partidos autoritarios, pretenden fundar su legitimidad, en su herencia, los partidos democráticos, la ganamos diariamente.

Amigas y amigos del partido, surgimos de una revolución, que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares, a sus principios de democracia, de libertades, y de justicia es a lo que nos debemos, los ideales de la Revolución mexicana, inspiran la labor de hoy, la revolución mexicana, humanista y social, nos exige, nos reclama.

La revolución mexicana, es todavía hoy, nuestro mejor horizonte, encabezaremos, una nueva etapa, en la transformación política de México, sabemos que en este proceso, solo la sociedad mexicana, tiene asegurado un lugar, los partidos políticos, tenemos que acreditar nuestra visión, en esta hora, la fuerza del PRI, surge de nuestra capacidad para el cambio, de nuestra capacidad para el cambio con responsabilidad.

Así lo exige la nación, nuestra visión y nuestra vinculación histórica con el gobierno, nos aseguro la oportunidad de participar en los grandes cambios del país, la fuerza del gobierno fue en buena medida la fuerza de nuestro partido, pero hoy el momento es otro, solo nuestra capacidad, nuestra propia iniciativa, nuestra presencia en la sociedad mexicana y nuestro trabajo, es lo que nos dará fortaleza, nadie podrá sustituir nuestro esfuerzo, nadie podrá asegurarnos un papel en la transformación de México, si nosotros no luchamos por él, si nosotros no lo ganamos ante los ciudadanos.

Quedo atrás la etapa en que la lucha política se daba esencialmente hacia el interior de nuestra organización y no con otros partidos, ya pasaron esos tiempos, hoy vivimos en la competencia y a la competencia tenemos que acudir, para hacerlo, se dejan atrás viejas prácticas, las de un PRI que solo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar, como un partido en competencia, el PRI hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos y tiene que asumir que en la democracia, solo la victoria nos dará la estatura a nuestra presencia política.

Cuando el gobierno, cuando el gobierno ha pretendido concentrar la iniciativa política, ha debilitado al PRI, por eso hoy ante la contienda política, ante la contienda electoral, el PRI del gobierno solo demanda imparcialidad y firmeza en la aplicación de la ley, no queremos ni concesiones al margen de los votos, ni votos al margen de la ley.

No pretendamos sustituir las responsabilidades del gobierno, pero tampoco pretendamos que el gobierno desempeñe las funciones que solo a nosotros como partido nos corresponde desempeñar.

Hoy estamos ante una autentica competencia, el gobierno no nos dará el triunfo, el triunfo vendrá de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestra dedicación, los tiempos de la competencia política en nuestro país han acabado con toda presunción de la existencia de un partido de estado.

Los tiempos de la competencia política son la gran oportunidad que tenemos como partido para convertir nuestra gran fuerza en independencia con respecto del gobierno.

Hoy somos la opción que ofrece el cambio con responsabilidad, somos la opción que mejor conoce lo que se ha hecho, que sabe de los resultados de los programas, de sus aciertos y de sus errores, somos la opción capaz de conservar lo que ha tenido éxito, y somos la opción de encontrar nuevos caminos de solución para los problemas pendientes.

No entendemos el cambio como un rechazo indiscriminado a los que otros hicieron, lo entendemos como la capacidad para aprender, para innovar, para superar las deficiencias y los obstáculos, ¡cambiemos¡, ¡si, cambiemos¡, pero hagámoslo con responsabilidad, consolidando los avances reales que se han alcanzado, y por supuesto, manteniendo lo propio, nuestros valores y nuestra cultura, México no quiere aventuras políticas, México no quiere saltos al vacio, no quiere retrocesos, a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces, México quiere democracia, pero rechaza su perversión, la demagogia.

Ofrecemos cambio con rumbo y con responsabilidad, con paz, con tranquilidad, se equivocan quienes piensan que la transformación democrática de México, exige la desaparición del PRI, por supuesto que no hemos estado exento de errores, pero difícilmente podríamos explicar el México contemporáneo sin la contribución de nuestro partido, por eso, por eso, pese a nuestros detractores y a la crítica de nuestros opositores, somos orgullosamente Priistas.

Debemos, debemos admitir, que hoy necesitamos transformar la política, para cumplirle a los mexicanos, proponemos la reforma del poder para que exista una nueva relación entre el ciudadano y el estado.

Hoy ante el priismo de México, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y para acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.

Sabemos, sabemos que el origen de mucho de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder, concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de iniciativas, a los abusos, a los excesos.

Reformar el poder,
dignifica un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático, reformar el poder,
significa fortalecer y respetar las atribuciones del congreso federal,
reformar el poder significa hacer del sistema de impartición de justicia, una instancia independiente, de la máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la republica,
reformar el poder, significa llevar el gobierno a las comunidades, a través de un nuevo Federalismo,
significa también nuevos métodos de administración para que cada ciudadano, obtenga respuestas eficientes, respuestas oportunas, cuando requiere servicios, cuando plantea problemas, o cuando sueña con horizontes más cercanos a las manos de sus hijos.

Esos son mis compromisos con la reforma del poder, es así como yo pienso que cada ciudadano tendrá más libertades, mas garantías, para que sus intereses sean respetados, para gozar de seguridad y de una aplicación imparcial de la ley.

Los Priistas creemos en el cambio, con responsabilidad, por eso es que hemos hecho nuevas propuestas, y hemos asumido nuevas tareas, por eso es que convocamos, antes que nadie, a un debate entre los candidatos a la republica, hemos alentado acuerdos entre partidos, hemos planteado revisar el listado electoral, hemos solicitado la participación de observadores en todo el proceso electoral y la integración de un sistema de resultados oportunos, por eso es que también, hemos resuelto dar transparencia a todos nuestros gastos, estamos por elegir candidatos a diversos cargos de elección popular, amigas y amigos, tenemos que aprovechar este proceso, para darle mayor fuerza a nuestra organización, todos los Priistas tenemos una tarea que cumplir, todos tenemos una responsabilidad que asumir, no queremos candidatos que al ser postulados, los primeros sorprendidos en conocer su supuesta militancia, seamos los propios Priistas, a unirnos a todos estos compromisos, de reforma republicana, de reforma democrática y federal, de reforma de los procedimientos y de su contexto, de reforma interna del PRI, y lo hacemos porque somos conscientes de que la sociedad mexicana ha cambiado y que demanda en consecuencia, un cambio en las prácticas políticas, el PRI participara con civilidad y con respeto a nuestro pluralismo, en las elecciones del 21 de Agosto, como candidato del PRI a la presidencia de México reafirmo mi compromiso indeclinable con la transformación democrática de México, que se entienda bien, este día solo podrá haber un solo vencedor, solo es admisible el triunfo claro, inobjetable del pueblo de México, y para que México triunfe el 21 de agosto, los partidos políticos todos, tendremos que sujetarnos a la ley, y solo a ella, sin ventajas para nadie, sin prepotencia, sin abusos, y sin arbitrariedades, por ello, congruente con mi exigencia de una elección democrática, aspiro a que el congreso de la unión, decida las reformas electorales que procedan siempre a partir de los consensos que los partidos hemos venido construyendo en el marco del acuerdo por la paz, la justicia y la democracia firmado el 27 de enero, aspiro a que juntos ampliemos la autonomía y afiancemos la imparcialidad de nuestros organismos electorales a fin de que la voluntad popular y solo ella, determine los resultados de nuestros comicios, confiabilidad, certeza, regularidad y limpieza electorales, no pueden seguir siendo solo aspiraciones, tienen que ser realidades que se impongan en las consciencias de los ciudadanos, de ahí nuestro compromiso con la participación de observadores en el proceso electoral, la elección es de la sociedad, y por tanto, no puede ser un asunto cerrado, su transparencia exige de la participación de observadores, y no excluye que de ella puedan darse el más alto testimonio, tanto de parte de nuestros ciudadanos, como de visitantes internacionales, de ninguna manera, tenemos que mirar con temor, a quienes desean conocer la naturaleza de nuestros procesos democráticos, nuestras elecciones, y lo digo con pleno convencimiento, no tendrán vergüenzas que ocultar.

Aquí acaba la primera parte del discurso dado, habremos de presentar un  breve análisis del mismo, en el próximo artículo (aunque en realidad pretendo, que cada quien saque sus propias conclusiones), gracias, saludos.



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