Formular las bases
o plataforma política de un Partido Independiente no es una tarea fácil, el crear
las condiciones claras y nítidas para que se vea exacta la dirección hacia dónde
va dicho partido, los preceptos y principios que van a sustentarlo, la entraña misma
que lo estructura. Es una tarea harto compleja, porque no se deben obviar las razones
o dejarlas indefinidas, las personas participantes deberán saber a cabalidad
que terreno están pisando con absoluta certeza, ¿por qué?, porque en México hay
una total y absoluta desconfianza (y con razón), de toda propuesta política que
se le presenta, prácticamente todos los movimientos con cierta valía,
eventualmente han perdido el rumbo o se han diluido, dejando detrás de sí al
estado rozagante y más fortalecido, y a la gente sumida en la más absoluta desesperación
y con una gran decepción que se vuelve endémica y crónica, a resultas decir:
otra desilusión más, una más. ¿Cómo entonces evitar esto? Tan sólo los
preceptos más altos evitarán que el comején del sistema del poder mexicano haga
su labor enorme, el problema es que dicho “órgano” es como la hidra, cuenta con
cantidad enorme de cabezas:
1. La corrupción que ataca a todos
sin excepción.
2.
El miedo, al cual podemos disfrazarlo de muchas maneras (inteligencia,
mesura, cuidado, espera, discurso, estrategia), dejando el espacio de acción a
los verdaderos detentadores de los enormes beneficios de nuestro sistema
político mexicano, mismos que son los que verdaderamente “gobiernan” los hilos
de las decisiones importantes y trascendentes del país, ellos dictan la agenda,
disponen los tiempos y recursos, de ellos depende que la economía vaya en un sentido
o en otro, son los que verdaderamente “dictan” el rumbo del país, los otros
actores, son simples comparsas o servidores de este poder oculto, tan sólo
simulan y son objeto del escarnio y sirven de pantalla para el verdadero poder,
el real, el que dice como México va a crecer o no crecer.
3.
Los “valores” que como sociedad mexicana detentamos y que nos han
sumida en esa especie de “vasallaje” ancestral, llegando a creer que los
tlatoani nos dictarían todo lo concerniente y necesario que deberíamos hacer,
no importando que el sentido común, la lógica básica, los valores universales,
nos estuvieran marcando el rumbo y la diferencia, nosotros seguiremos confiando
reiteradamente en esta dirección y encausamiento, está estrechamente ligada a
la idiosincrasia mexicana, esta confianza desmedida e ilógica, hacia nuestros
líderes naturales o impostados, nos dejan en total desventaja, nos deja
realmente indefensos ante los vaivenes de la suerte. Cualquier sistema político
“innovador” en el ámbito político mexicano, deberá considerar este grave
defecto de nuestra nacionalidad mexicana, evitar otra vez más, que nuestros
líderes, se vendan o claudiquen, otra vez más al mejor postor.
4.
El problema en México, no es un problema de discurso, esto no lo han
venido a demostrar el enorme número de diputados y senadores que tenemos, la
competencia que ellos hacen para ver quien genera más reformas y leyes nos ha
llenado de leyes, pero el problema ha sido que su aplicación, de las mismas,
deja mucho que desear y si pudiéramos evaluar su real desempeño, nos iríamos de
espaldas, porque es evidente casi para cualquiera levemente informado o
sensibilizado, que no se cumplen, por razones diversas: la corrupción abierta,
la velada, por la indolencia en su aplicación, por su falta de vigilancia,
porque los sistemas de justicia no están implementados debidamente, etc., no se
cumplen.
5. Que detrás de este gran poder
que gobierna a México, existe un gran socio íntimo, realmente concebir desde el
fondo de la entraña, que México no merece que le vaya bien, es un “devalor” que
está enraizado en el fondo del pueblo mexicano, hasta se hace chistes de él,
México no tiene derecho a la felicidad y al bienestar, que este siempre será un
sueño “guajiro”, no se lo merece, no le pertenece ese derecho, prácticamente el
mexicano lo considera como algo esencial de su existencia: “a que le tiras
mexicano cuando sueñas”.
Vaya pues la
invitación a todos los interesados a proponer la oferta política del Partido
Independiente Mexicano, ya luego nos entretendremos en los “detalles” (legales,
logísticos y demás), sólo una invitación y sugerencia: las posturas extremas o “ultras”
no tendrán cabida, no pretendemos que esta postura (del Partido) sea el lugar
desde donde se incendie al país, en aras de una clara tendencia muy sesgada,
las posturas ultra-radicales no serán consideradas, no obstante que nos lleve
más tiempo y pudiera ser necesario amplio discurso y controversia política o retorica,
vale mucho más esto que, cualquier postura que quiera abreviar los caminos con
estrategias “radicales”, no es el caso ni el objetivo.
No obstante, de no
darse su aporte yo estaré haciendo mi parte elaborando dichas bases, las cuales
consultare con varias personas.
Sin más me despido
y espero su respuesta.
Atte
Víctor P
Clavellina O
Correo: patricio.independiente@gmail.com
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