Un díalogo con,..

Mi vida te la doy como en claro gesto,..

más como repositorio constante de la conciencia torturante,..

me admonizo ciertamente de mi primer impulso,..

Dulce y tenue, pálido artificio, de mi pluma loca,..

romántica, muy rosa,.., aquella que suspira por un tierno (virtual),..

roce de tus labios,..

Tan sólo, ya en serio, me atreveré,.., a emitir un sólo suspiro,..

un tranquilo tremolar de un corazón apabullado, obnubilado,..

confundido, extraviado, trashumante, pesaroso reincidente,..

en verdad que vivo, en verdad que muero,..

y sólo quisiera dejar este suspiro,..

¿Y te sonríes?,.., bueno,..

aunque no lo vea,..

aunque no me lo digas,...

ya te pinto, y con ella,..

Pausas del silencio, del lenguaje,..

de los tiempos que no coinciden,..

de las vertientes que no se conjugan,..

de la realidad que tanto nos separa,..

de los temores tan viscerales y los lógicos,..

que se clavan,..

En mí, en ti,.., en ambos,..

ciertos, muy ciertos todos,..

Esa enormidad del egoísmo nato,..

que pervive, que cuenta tantos brazos,..

como deidad multiforme,..

no se acaba, no sucumbe,..

predomina,.., está fija,..

Sólo un enorme milagro,..

muy lejos de mi pequeñez,..

está a lo lejos,..

Sería muy injusto lo pidiera,..

no merezco,..

hermoso sueño,..

quédate tranquilo,...

muy sereno,..

sólo atisbo,..

sólo eso,..

solo eso,..