Hoy vaga ya
dormido,..
el sueño de las
auroras divorciado,..
se entretiene
viendo piedrecillas,..
observa el canto,
su corte, su textura,..
también a su
color,..
Que vida tan
vacía,..
pareciera tener,..
lejos del
significado,..
del amor, del odio
y que van juntos,..
No trémula el
corazón,..
no hay miradas
hacia él,..
no hay oídos que
le escuchen,..
no hay auroras,
luz boreal,..
¿valdrá la
pena?,..
Así muchas veces
lo viví,..
lo padecí,..
pero la muerte
algo se asemeja,..
la soledad, el
devenir de los años,..
la congoja,..
Por ello la
importancia,..
de los momentos
juntos,..
algo poder
decir,..
algo abrazar,..
no
mecánicamente,..
sin compromiso,..
Alejado de las
máscaras de la autosuficiencia,..
del todo está
bien,.., nada pasa,..
¡que enorme
soledad!,..
cuanta falsedad,..
Caro mío
corazón,..
levántate,..
llora sin cesar,..
quizás algo te
limpie,..
te ablande, te
absuelva,..
Musita,..
reza,..
medita,..
atiéndete,..
ya no sufras
más,..
“Volverán
las oscuras golondrinas
en
tu balcón sus nidos a colgar,
y,
otra vez, con el ala a sus cristales
jugando
llamarán;
pero
aquéllas que el vuelo refrenaban
tu
hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas
que aprendieron nuestros nombres...
ésas...
¡no volverán!....”
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