¿Es que acaso hay
simbolismos que viven más que nosotros?,..
¿Seremos signos
más que entes de carne, hueso y espíritu?,..
¿Brillaremos más
ausentes, que presentes cotidianamente?,..
que en la medida
de la ausencia de palabras, vista, de caricias, voces,..
parece ser más
significante,..
Lidiamos mejor con
ausencias, que con presencias,..
en el diario,…
Nos pesa tanto, el
egoísmo,..
¿nuestro o del par?,…
Que tenemos que
darle despedida antes del ocaso,..
¿Pudiera molestarnos
tanto?,..
Su imbecilidad,..
su ingenuidad,…
sus poses,..
sus
inclinaciones,..
su escasa
respuesta a reclamos,..
su gris color,..
su voz, su mirada,..
su fe, su
creencia,..
su práctica diaria,..
sus ritos,..
¿Qué nos pesa más?,..
En verdad que el
ser humano es proclive a la soledad,..
en donde el
espacio se le expande,..
y empieza a soñar,…
en quimeras,…
en ausencias y
presencias que no están,..
Donde va tejiendo
historias, respuestas,..
ilusiones, que no
están,..
Introspecciones
que sólo le pertenecen,..
se hace un
escenario “virtual”,…
Que difícil es
vivir en plena libertad,..
Tan sólo los
valientes,..
se atreven a
mirar,..
Al egoísmo a la
cara,..
y caminan y ya van,…
día con día,..
con fe y con
convicción,..
algo van dejando
tras de sí,..
y así ellos permanecen
y van,…
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