Avive el sol y la
pluma,..
que no escape,..
Que no deje el discurrir,..
y que la tinta no
se acabe,..
Plasmar mi
sentir,..
Soy el vibrato,..
que trémula,..
Címbalo y que
resuena,..
campanilla que
tintinea,…
Oh hermosa
frescura,..
de notas tan
perfectamente espaciadas,..
vuelan como sutiles
saetas,..
distendiendo el
espacio,..
parece que se
abre,..
Mi espíritu ya viaja,..
como en viaje
rampante,..
parece un raudo halcón,..
¡fractura el cielo!,..
como flecha va
cruzando,..
Cada instrumento,
tiene su tono,…
parece que aguarda
su propio lenguaje,..
Su emisión tan
solo obedece al artista que logra pulsarle,..
es una complicidad
en que dos se hacen uno,..
La vida quieta del
instrumento retiembla como eco electrizante,..
ante las manos
trémulas del artista, que discurre sin cesar,..
de la nota más
baja, los arpegios,.., toda la escala,..
algo quieren ya emitir,..
Los sentimientos
no se resuelven filosóficamente,..
solo plena expresión,..,
sin límites, sin cortapisas,..
como pulsares,…
Requieren solo la
habilidad prodigiosa del artista,..
que enlaza su alma
con el instrumento,..
que se convierte
en extensión sublime-mente artificiosa,…
Y ya el publico
aclama su hermosa altura,.., el poder volar,…
En un momento, el
artista se induce en un espacio-tiempo,..
que no existe,..,
se deja ir,…
ya pierde su
atadura,..
tan sólo así,..
Tiene que lograr
esa comunión,…
ese estado
onírico,..
casi perfecto,…
para poder
transitar,…
de su
precariedad,..
a la sublime belleza,..
hermosa luz
boreal,..
Poder morir en el escenario,..
pulsando como
estrella,…
sin mediar más
emoción que la misma
que le induce a poder
vibrar,..
No esperando el
aplauso,..
veleidoso cual magro
color,..
solo su energía
que se expresa,..
libre, libre,..
ya las notas,
caen,…, sin cesar,..
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