La vida humana, la
vida misma,..
vale tanto,
tanto,..
Nada hay que
justifique el eclipsar una vida,..
voluntariamente,..
El alma reside en
nuestro cuerpo,..
hasta el fin de
los suspiros,..
hasta el fin de la
vigilia,..
Podremos tronchar a
su voz,…
el acallarla,..
mas no a su
esencia,..
Esta permea como en
un solo cuerpo,..
en todos
nosotros,..
es el rasgo claro
de nuestra divinidad,..
nunca se acaba,..
mientras haya
humanidad,..
habrá presencia,..
¿Qué gano con mi
fuerza?,..
¿el someter?, ¿el conjurar?,..,
¿el abatir?,..
¿será justicia?,..
En la muerte del
enemigo no hay nada de justicia,..
más bien es una
condena,..
Es un derrumbe de
miles de años por un barranco,..
La sangre del
inocente nunca se lava, con más sangre,…
Tan sólo el más
puro amor,…
el más
cristalino,.., puede salvarnos,..
Rescatarnos de esa
miseria moral, del odio y del rencor,..
encubierto como
justicia,..
Cuando aniquilo a
mi enemigo con la fuerza,..
la razón ya no está
en ninguna parte,..
y el alma es algo insubstancial,
inexistente,..
solo puedo ver
ojos enrojecidos con la sangre,..
Divina Luz,
esencia divina, Dios, Fuerza Cósmica, Cristo,…
seres de Luz,..
¡Salvad al Género
Humano de tanta barbarie, tanta locura!,…
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