Hijo mío, ya te he explicado el porque te llamo así…, hijo,.., no es
porque yo sea tu padre directo, sino porque eres hijo de mi hija,…, tu madre,…,
Nalleli,…
Ya no escribo demasiado, ¿por qué?,…, porque en verdad quisiera
evitar los lugares comunes,…, evitar las “modas”,…, y que lo que escriba, para
ti en este caso,…, te sea de utilidad, una guía o de menos un enfoque, un punto
de vista, una referencia,…
He reiterado bastante que ningún ser humano “semos” perfectos,…, ¿verdad
que no?,…, tus padres, tu madre,…, no lo son,…, ¿yo?,…., ya te dirá tu abuela
que tampoco (mucho menos),…
He entendido que es una “premisa”, una cualidad inherente al ser
humano,…, y ¿vale quedarse con ello tan solo?,…, dejarse llevar por la corriente,
¿por la vida?,…, hoy se clasifican las generaciones humanas, los baby boomers
(1946-1964), se consideran mis contemporáneos,…, mis semejantes,…, la generación
“X” (1965-1979), la Generación “Y” (1980-1994) y la generación “Z” (1994-2010)
y la Generación ultima, la Alpha (2010 en adelante), ¿quizás de allí el nombre
de Aleph?, sabe, tu mama a veces me sorprende notablemente,…, el caso es que
cada generación ha tenido sus “retos”, sus “cualidades especiales”, ya hace
años salió un libro (te recomiendo lo leas), un bestseller, “El shock del
futuro” y luego, incrementando más su mensaje: “La tercera ola” del escritor norte
americano, Alvin Toffler
(https://www.youtube.com/watch?v=bLTrp-AiJaY)
Si “analizas” con detenimiento, los libros tales y sus palabras,
nos aproxima un tanto a la “comprensión” digamos no dramática o romantizada
(deformada pues) de las generaciones, aunque esta visión primera, pudiera
igualmente estar “sesgada” o fragmentada de un conocimiento cabal o global de la
“realidad” humana en esos tiempos y posteriores, pues habría que considerar
cantidad de otros puntos “importantes” para tener quizás una visión mucho más
completa de la humanidad, y un tema que considero básico y que no puede no
considerarse, es el factor de la geo política (terminajo de digamos “reciente”
factura, que en mis años mozos no era de uso común, esto es los 60,s), México
tenemos la “vecindad” que no puede quitarse o evitarse, con USA, el mismo que
ha determinado, si o si, nuestra historia reciente, tan solo ver la cantidad de
migrantes mexicanos en USA y que han representado un “valor” en sí mismos, para
la economía nacional, ¿a qué costo?, altísimo, pues se han “desintegrado” a las
familias de los migrantes, digamos esto como lo más evidente, tu mama, con su
tesis de Antropología, trato “algo” sobre este tema tan importante,…, ¿para qué
te cuento de esto?,…, para que comprendas que cada tiempo o generación que va
surgiendo, va teniendo sus propios “paradigmas” o temas importantes, desde los
Milenials (tu mama y tus tíos), han tenido sus retos y temas que han tenido que
enfrentar, si o si,…, y tu generación, la “Z”, hoy tiene sus grandes y enormes
retos, sin dudar,…
Esto ¿abona hijo a tu ansiedad?, quisiera que no, antes lo
contrario, quisiera que ustedes, su generación, se enfrentan a esta “cosa”
mixteada, “mezclada”, de generaciones como las nuestras, los Baby boomers, con “características
culturales” realmente muy ajenas a la realidad actual, hoy es evidente que
ustedes ya dominan cantidad de aparatos modernos digitales, y que hoy la “comunicación”
o información es híper rápida (5G), que los fenómenos o hechos que acontecen en
algún país lejano a México, “repercuten” muy rápidamente hacia México, a nuestra
economía doméstica, hoy el conflicto Ucrania-Rusia, viene impactando a todo el
mundo, empezando con Europa y prácticamente todas las regiones del mundo,…,
¿preocupante?, caray, sin duda cabe, pero como digamos “alguien” diría: “no te
preocupes, ocúpate”, los jóvenes, las nuevas generaciones, ustedes y sus hijos,
enfrentaran esta cantidad de “cosas”, retos y problemática, y claro que me gustaría
no “cargarte” de estas presiones innecesariamente, tan joven tú,…
Cada ser humano, traemos una determinada “problemática”, inherente
a nuestra condición propia, particular, a nuestro entorno familiar (de dónde
venimos), los “valores o devalores” que poseamos, por herencia, por imitación de
patrones, etc etc., se claramente tu situación hijo,…, y hubiera yo querido ser
un baluarte de abuelo (como aquel que tuve en mi abuelo José), pero no fue así,
mis “carencias” me llevaron a equivocarme “bastante” y desde ese entorno,
hicimos una familia no tradicional (desde su creación), pues casi no contamos
con “cercanía”, con un apoyo demasiado estrecho de la familia “materna”, y tu
madre, Nalle, mis respetos y reconocimiento a su labor, ha ido consolidando un “vinculo”,
una familia con solo 2 personas, tú y ella y nosotros como visores tan solo, ha
sido muy valiente ella en ese sentido, y ha aprendido a crecer ella sola prácticamente,
¿concluye ya su tarea?, creo que no, los padres, aun con deficiencias muy notables
(que yo mismo reconozco poseer, en esta especie de mutismo que “evita” la comunicación
indispensable directa con quien debería llevarla a cabo), buscamos “algo”
darnos a entender, es mi afán pues en estos escritos, una especie de “mea culpa”
abierta, clara, ¿para ser disculpado o perdonado?, no necesariamente, sino para
buscar definir una cierta respuesta que pudiera erigirse para la pregunta: ¿de dónde
yo provengo, como estas condiciones me crearon esta vivencia o percepción de la
vida?, a manera de respuesta pretendo pues estas líneas,…, ojala mijo puedan
dar cierta orientación al respecto,…, y quisiera aquí citar un escrito que a mí
me cambio el “chip” en una crisis existencial o depresión profunda, se llama el
escrito, “Las heridas emocionales”,…, el cual transcribo,…, nota, los
remarcados son míos, no venían en el original,…
LAS HERIDAS
EMOCIONALES
(Guillermo F.
Batarse)
Mucha gente
asegura que el tiempo sana la mayoría de las heridas emocionales. Sin embargo, no es el transcurrir pasivo del tiempo, el factor determinante en la
cicatrización de muchas de estas heridas. Se trata más bien de un proceso
natural de nuestra maquinaria emocional, que tiene un poder automático de
recuperación mayor de lo que generalmente pensamos. Por supuesto, en
determinadas circunstancias, hay mucho que podemos hacer para sanar las heridas
emocionales, cuando nos ayudamos del poder automático de recuperación.
El individúo
tiene naturalmente un amplio poder para curar sus heridas emocionales. Eso no
quiere decir que haya magia dentro de nosotros mismos. Las heridas emocionales son como las físicas: debemos de atenderlas.
Si usamos las estrategias adecuadas y empleamos los recursos pertinentes,
tenemos posibilidad de encontrar la curación. Nadie de fuera puede curar nuestras heridas emocionales, ni podemos
encontrar soluciones instantáneas para anestesiar el dolor en los libros y los
métodos.
La curación de las heridas emocionales
depende de nuestra disposición para cambiar de actitudes y revalorar conceptos, es entonces que nuestro poder
automático de recuperación se puede volver a funcionar. Las heridas emocionales van cicatrizando cuando damos otras
interpretaciones a la realidad, cuando tenemos paciencia para experimentar el
dolor, y cuando encontramos la suficiente fuerza para crear poder a través de
la misma adversidad.
Poner el mundo en una perspectiva
diferente, es vital para recuperarnos emocionalmente. Para lograrlo, quizás sea
conveniente hacernos nuevas preguntas y dejar atrás las que ya fueron
contestadas o no tienen contestación.
Las nuevas interrogantes que nos hacemos cuando sufrimos, constituyen un ataque
frontal a las heridas; es el principio de la recuperación. La capacidad
interior que ya tenemos para cicatrizar las heridas, se potencializa con la
transvaluación de conceptos.
Curar las heridas emocionales requiere
un considerable esfuerzo. Hemos de intentar lo imposible; hemos de pensar lo
impensable. Hemos de tratar
de hacer nuevas cosas, de encontrar nuevas fuentes de gozo. Es necesario que
exploremos nuevas ideas y que busquemos otros méritos. Sólo a través de ello,
podemos depurar una técnica para enfrentar el dolor cuando sobreviene. El requisito para curar las heridas
emocionales, es que comprendamos los sentimientos que las acompañan y producen.
¿Cómo es una
persona feliz? ¿Acaso es simplemente alguien inmerso en un conjunto de
circunstancias? No, la persona feliz es más bien un conjunto de actitudes,
las cuales se transforman con la experiencia. Y para curar las heridas
emocionales es crucial un cambio de actitud. Nunca podemos volver al pasado, al tiempo antes de que ocurrieran las
heridas. La actitud activa, mediante la cual se inicia y no solamente se
reacciona, es la verdadera virtud. Tal actitud no alberga la ilusión de la
invulnerabilidad, pero tampoco contiene el temor a experimentar o a
equivocarse.
En general,
encontramos que somos más duros ante las heridas emocionales de lo que
habitualmente pensamos. La vida
significa vulnerabilidad y una señal de inmadurez es tratar de evitarla.
No podemos buscar una vacuna contra
las heridas emocionales, pero si aceptamos que no somos invulnerables, nos
ponemos en el camino de la recuperación. Cuando experimentamos el dolor,
hay que tener paciencia. La dureza no se mide en términos de nuestra negación
del sufrimiento, sino por la disposición que mostremos para aceptarlo como una
parte integral de la existencia.
Para comenzar a recuperarnos
emocionalmente, tenemos que empezar por revisar nuestras limitaciones. Hay
muchas que son inherentes a toda la familia humana y otras que nos son
peculiares. Luego, hay que aceptar la idea, aunque por el momento sólo sea
teórica, que podemos hacer algo para cicatrizar las heridas emocionales. Lo mejor de este mundo es que la mayoría de las situaciones y
circunstancias que causan el dolor moral, dependen de nosotros mismos. Las verdaderas causas de la infelicidad dependen de factores emocionales
que podemos aniquilar con nuestro poder. Una expresión de este poder es conseguir la suficiente sabiduría para
establecer la frontera entre lo que podemos y no podemos cambiar.
El mundo no es simplemente bueno o
malo, moral o inmoral, negro o blanco; no está compuesto de polaridades,
simplemente, es una maravilla.
Debemos de cuidarnos de no excedernos
en nuestras posibilidades y limitaciones. La causa real de la insatisfacción
emocional siempre está dentro de nosotros mismos.
Si
no podemos cambiar al mundo que tenemos que enfrentar y ello nos causa heridas
emocionales, es tiempo de cambiar de actitudes y de darle otra interpretación a
la realidad.
Hasta aquí, ojala
este aporte te sea muy útil,…, felicidades Aarón Aleph,…, mi nieto primero,…