sábado, 4 de julio de 2015

Cuatro de Julio,..

Es que acaso en la vastedad de un amplio cielo azul,..
rondan las gaviotas, vuelan las cigüeñas,...
y remontan a su altura, pican para encontrar a su alimento,..
en la duna inmensa del mar azul,.., y que se extiende,...

Una simple célula, incipiente, ya renace, no enmudece,..
se han forjado a los sueños, de verdades manifiestas,...
y han sobrevolado los siniestros avatares, las mentiras,..
los mantras, los designios y las horas,.., las fronteras,..
las banderas,.., se han deshecho,..

Y los colores, de la piel se han desteñido, en su caso,..
y otras se han benditamente obscurecido,..

Se entremezclan, se trasgreden,.., se aman,...
se traducen,...

Los lenguajes, se confunden, las culturas,...
palabras, conceptos, se reconstruyen,...
nuevos puentes,.., new age,...
(un término algo caduco), nuevos preceptos ya se abren,..

se estrenan,...

Y desaparecen las fronteras, los enconos,..
aquella historia, do you remember it?,...
la piel, diluye las fronteras,.., cauteriza,...



Alma proscrita,...


Y es en definitiva inminente,...
que ya repase por tanto frío,..
indiferencia, desamor,...
y malos entendidos,..
palabras no dichas,...

Otras equivocadas, no muy claras,...
ese versar, esa prosa proscrita,...

Como venero de un pequeño satán,..
desdibujado,..., nada delineado,..
mas bien informe, mediano,...

Por eso ha sufrido tanto,...
porque no se ha decidido,...
siempre medrando,...

Escuchando el eco de esas voces,..
“te haz portado nuevamente mal,..
haz nuevamente pecado”,...
incomensurable la cadena de rosarios,...
que deberán exculparte, redimirte,..
el sanarte,...

¿Cuanto tiempo habrá pasado?,...
no se yo,...
parece un eterno ocaso,...


La foto,...


En verdad que soy un iconoclasta,..
traducción: una mezcla de tantas cosas,..
a veces yo mismo no logró aceptarme,..

Me siento ya muy “ruco”,...
un ser deplorable lleno de contradicciones,...

Un niño de los 60's, que se ha quedado,...
cantando, jugando, rememorando,...

Su espíritu lleno de imágenes contrastantes,..

Las mujeres contritas enrebozadas,...
dándose golpes en el pecho,.., mea culpa, mea culpa,..
mirando hacia lo alto, pidiendo entre susurros,..
por tantos, por todos,...

Los amores ingenuos, incipientes, que comenzaban,..

Las fantasías y los cuentos que se creían,..., se darían,...

Luego los pasajes de esa juventud, frustrada,...
queriendo ser, y no llegaba,..
era cercenada, por tantas cosas,..

El poco valor, las penas, la vergüenza, la incomunicación,..
la palabra callada, cancelada,...

Los anhelos de plena libertad, ante el ocaso,..
de formas y creencias caducas, equivocadas,..

Esa empatía, transcultural,..
esa renuncia,...

Pretender la universalidad, con enormes taras,..
segregantes, xenofobicas, disgregantes,..

Por falta de amor, de valores, de una bella cultura,...

Y ya adulto, viejo, arrastrando,...
todas estas carencias, contradicciones,...
queriendo acomodar el escenario,..
una vez más tomar una foto,..

Ya para el olvido, para el álbum, calendario,..
del almanaque que ha de guardarse,..
en un espacio perdido,...
abur, abur,..
ya eres parte de la historia,..


Los años 60's,..

Y fuimos arrancados desde los sueños, esa madrugada-noche y colocados encima de tantos triques, como una cosa más que correspondía a todos estos enseres, arriba del carromato, jalado por un animal, no se si burro o burra, yo no me di yo cuenta y llegamos a este nuevo lugar, este paraje, en este espacio, en esta casa, semiconstruida, nuestra nueva casa, y es que mi padre ya no cabía, tenía tantos problemas con su gente, sus hermanos, se había peleado terriblemente con uno de ellos, al grado de haberle sacado sangre con un tubo, fue impactante; y por fin llegamos, a este nuevo lugar en un futuro incierto, esta nueva casa que se erigía en medio de tantas casas, muy iguales, con techos de lámina de cartón y que cuando venían, los aires y terregales de otoño, ululaba el viento que se introducía por las rendijas, como queriendo arrancarle, llevarle; se cimbreaba el techo y nosotros pequeños, temblábamos de tanto miedo. Fue en ese lugar que acontecieron tantas cosas, tantas historias y pasajes, se hacían enormes charcos enfrente de la casa y se escuchaba, el croar de las ranas cuando anochecía, y los sonidos que acompasaban ese croar, las cigarras, parecía que ese sonido se introducía por en medio de nuestros sueños, como nosotros era que cogíamos los ajolotes y los llevábamos al tambo de agua, cuando llovía, era menester el hacerlo, esa “pesca” de ajolotes, fue allí también que mi padre nos llevó esos dos perros, el “duque” y el “sultán”, tantos años que nos duraron. Además en ese lugar, jugábamos tanto, tanto, el fut-bol por las tardes allí en el baldío, eramos enormemente felices. Fue allí donde nos alcanzó la modernidad, la “tele” en blanco y negro, los domingos, con nuestro “domingo”, íbamos a una casa vecina a ver los programas y series que pasaban en ese día: El teatro fantástico de “cachirulo”, el abogado Ben Casey, el caballo que habla, los intocables, el comandante Vic Morrow en la 2a guerra, tantos pasajes,...