lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano (Breve semblanza)

Entrevista

Dices que escribes cuando te pica la mano. Te ha picado últimamente.
“Por suerte no me faltan picazones en la mano y escribo constantemente. Además es lo único que más o menos me sale. A lo largo de mi vida quise ser muchas cosas que no pude ser. Quise ser santo cuando era chico, que era muy místico, pero mi tendencia natural al pecado me lo impidió. Quise ser jugador de fútbol, como todos los uruguayos, pero era un pata de palo terrible. Quise ser pintor, dibujante, muchísimas cosas y trabajé en muchas. Fui obrero en una fábrica, cobrador, dibujante de letras, etcétera”.

¿En qué momento te das cuento que lo tuyo era ser escritor?
Cuando me di cuenta de que era un inútil total. Entonces algo tenía que hacer en la vida, y la verdad es que la literatura me ha dado muchas alegrías. La certeza de que uno puede escribir de tal manera que las palabras que broten de una página toquen la cara de quien la está leyendo, como si las palabras tuvieran dedos, como un contacto real. No sé si me explico bien.

Cuando uno lee tus libros se da cuenta de que no te encasillas en un género determinado.
“Por suerte creo que estoy fuera de los géneros. Y eso es el resultado de muchos años de trabajo en que fui descubriendo que lo mío era una síntesis de diferentes géneros. Una tentativa de síntesis para recuperar la unidad perdida del lenguaje humano. Entonces no es clasificable porque además también eso proviene de un rechazo a la mala costumbre de ponerle etiquetas a la gente en su frente, de encasillarlo todo. Cuando se habla de literatura política me pregunto si hay alguna literatura que no sea política. Si no hay alguna literatura que elija entre la libertad y el miedo. Y lo mismo con las personas, nunca coinciden las etiquetas. Yo les disparo a las etiquetas. Y cuándo me dicen escritor de qué. Yo digo: de todo, de cualquier cosa. O cuándo me dicen usted es poeta; respondo, no, no escribo poesía, o a lo mejor la escribo y no me doy cuenta, y eso me llena de alegría, porque la literatura que más me gusta es la que revela la poesía escondida”.

Fuente: https://lahistoriadeldia.wordpress.com/2013/01/30/entrevista-con-eduardo-galeano-escribo-cuando-me-pica-la-mano/

Hoy un obrero incansable de las letras dejó de lado su voz física,..
y no es que yo lo diga, ya que lo poquito que yo he sabido de él,
es que no le agradaba para nada la mentira, los honores, las etiquetas,.
y la grandielocuencia,..

A los “escritores”  y a la gente que inspirados de alguna manera en su trabajo,..
nos tocará con sencillez, amor y humildad, el continuar su preciosa labor,.., si ello queremos,..
ya que igualmente era,..
un incansable defensor de la disidencia,.., del “forzar” las cosas,.., de “conducirlas”,..

Ciudadano del mundo,..
espacio que consideraba sin fronteras,..
sin atavismos, libre de prejuicios, dogmatismos y arquetipos,..
su vasta obra alcanzará la dimensión enorme como una semilla de mostaza,..
su enorme fe,..




Novela sin título

Primera entrega


Era una tarde de Abril, próximo a Mayo, en que el “pseudo” escritor pensaba tantas cosas; desde hacía mucho tiempo tenía la inquietud en comenzar una novela, se le ocurrían tantos temas, él “suponía” que serían harto interesantes (así lo creía), con buen “rating”, uno de ellos se refería a todo lo que se entreteje en las “redes sociales”, los vericuetos, los enredos, las propias experiencias que él había pasado y que consideraba interesantes, o  al menos digno de todo un estudio antropológico o social abierto, ya que al menos en el nivel de percepción o comunicación que él poseía, no conocía de dichos estudios o escritores que hubieren tocado el tópico. Y por último, dado su espíritu rebelde y contradictorio, que le impele a ir en contra de todo lo que de continúo todos sus cercanos conocidos le decían: “ya déjate de cosas, pon los pies en la tierra, resuelve tu vida, ¿acaso no te das cuenta de todo tu desmadre? y él no contestaba, tan sólo se sonreía, porque él mismo no se resolvía a entregar toda su energía y ganas a dicha empresa, no quería que fuera uno más de tantos proyectos fracasados, él realmente ahora a estas alturas, al final de su vida, deseaba realmente comenzarlo y si terminarlo. En este preámbulo fue que precisamente en el “Face”, que alguien transmitió un video jocoso de la película, “Las 50 sombras de Gray” queriendo “imitar” las fantasías perversas de los protagonistas queriendo “sublimar” la pasión en su cotidiana vida sexual agrisada, esto pues le llamó la atención, el poder ver la película,  ya que entreveía se trataba de “la perversión” y ese tema en particular le había ocupado de alguna manera en toda su vida (por ello el complejo de culpa reincidente), habrían sido un denominador común, como buen neurótico que era y que a estas alturas de su vida, todavía le seguían siendo fascinantes, el poder observar, con cierto detalle, la amplia escala moral en que el ser humano podría debatirse y todos los argumentos inherentes que tendría que llevar, para poder justificar o racionalizar muchas de estas conductas o al menos a sus inclinaciones más profundas y que muchas veces (por la mediocridad o el temor), podrían quedarse tan solo en la mera especulación, ¿qué pasaría si,..?  o en su defecto, sólo quedar en meras “fantasías”; mismas que retrotraían el reflejo de la novela gigante del Dr Jekyll and mister Hyde, en que plasmaba esa duplicidad del alma humana, o también de los breves pasajes que había leído, de alguna de las connotadas obras de William Shakespeare y que le habían motivado a empezarlas a leer (sólo los breves resúmenes), con aquella universal pregunta de “ser o no ser, he ahí el dilema,..”, el precioso monologo que continuaba el personaje del príncipe, cuestionando tantas cosas acerca de la vida, de la muerte, del alma, de la trascendencia  y de tantas más, el poder ver cómo, Sir William, habría querido “retratar” o reflejar las pasiones humanas, elevadas o ruines, de manera tan magistral, en todas sus hermosas obras; el amor, la tragedia humana, la tortuosidad, los celos, la avaricia, la soberbia y tantas más, y que a ciencia cierta el pseudo escritor, desconocía, porque era como muchas personas, que habrían leído alguna breve reseña y ya se consideran “intelectuales” de vanguardia, o algo “cultos” al menos, o ya por último la referencia de ”La caverna”, que la primera vez que la leyó, ese breve resumen leído de alguna enciclopedia, le había fascinado y trastocado toda su visión de la vida, y que de alguna manera vislumbró la “percepción” que uno pudiera llegar a tener de la vida, las personas y de tantas cuestiones basales importantes más (la filosofía de la vida), era sumamente muy parcial o recortada, y que al ahora saberlo, por la lectura que le impactó, no querría ya más estar sumergido en esa densa penumbra. Es pues por todo ello que ya habiendo visto la película de referencia, recortada, y tener antes que ver los thrillers de la película para poder localizarla y poderla ver en línea, en dicha búsqueda se comentaba que la referencia de la película, había sido de una de la novelas con el mismo nombre de la autora Inglesa y  E. L. James, y que habían sido todo un hito en ventas en 2011 y que por ello mismo, ya en 2015, se había resuelto producir la película. De alguna manera, todo esto se conjugaba para que el “pseudo” escritor amaneciera al día siguiente con la inquietud de comenzar su novela, todavía se encontraban en el tintero tantas cosas que plantearse y resolver: ¿cómo se desarrollaría la trama?, él consideraba en principio, que podría ser entreverado con su cotidianidad, tratando de manejar ciertos límites respecto a sus seres cercanos, pero considerando siempre que muchos de sus personajes, aunque ficticios, iban a ser “reflejados” de alguna manera con estos seres cercanos actuales o de su pasado mediato o remoto, en esta su incipiente novela y llevado por las licencias propias del escritor, los extradimensionaría para poderlos sacar de su medianidad o de su vida vacía o sensiblemente trágica o hasta patética, en algunos casos y el mismo pseudo escritor así lo querría hacer, que no obstando la realidad tan aplastante que vivía, el mismo podría trascender todo este celaje que le conminaba a no levantar la cabeza, sus aspiraciones, sus anhelos de justicia postergada, la pasión y el amor, que consideraba todos, como derechos inalienables de todo ser humano, aunque crudamente casi siempre, la gris realidad, todo lo colapsaba sobre el mismo y ello eventualmente le rompía y ya por fin moría en algún triste lugar de los olvidados de la historia. Estos pues eran los primeros trazos que se vislumbraban, y quién sabe si la “dichosa” novela iba a ser un mamotreto hiperlargo, totalmente barroco o somnoliento o sumamente aburrido (los temores que le asaltaban al nonato escritor), pero a pesar de todo ello, el pseudo escritor quería ya comenzar.